Mikel Subiza-Pérez
Investigador posdoctoral en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)
La vida en las ciudades ofrece muchas oportunidades en materia de acceso a los servicios de salud, al mercado de trabajo o a las instituciones de enseñanza. Igualmente, permite disfrutar de muy variados recursos para el ocio y el tiempo libre, así como establecer ricas y diversas redes de apoyo y amistad. Sin embargo, no es menos cierto que las ciudades son espacios desiguales que presentan características, como el menor acceso a espacios verdes o la seguridad, que pueden conducir a problemas de salud mental. La adolescencia y la juventud son períodos de especial importancia a este respecto, ya que en ellos suelen aparecer las primeras dificultades que más tarde pueden tener un gran impacto en la salud mental durante el resto del ciclo vital.
Bajo estas premisas, y partiendo de la base de que raras veces se tiene en cuenta la opinión y necesidades específicas de este colectivo a la hora de definir las políticas urbanas y sociales, un grupo de investigadores e investigadoras de diversos países ha realizado una serie de encuestas a 518 personas. El objetivo de este trabajo era definir las características de las ciudades amigables para la salud mental de adolescentes y jóvenes. A través de una encuesta realizada en tres fases, los participantes han priorizado características dentro de seis áreas; personal, interpersonal, comunitario, organizacional, político y ambiental. Ejemplos de estas características eran el acceso a espacios públicos seguros para juntarse y conectar con otras personas, servicios de atención para la salud mental 24 horas al día o la inclusión de este colectivo en el diseño de políticas.
A pesar de su interés, el estudio presenta dos aspectos que tendrían que mejorarse en el futuro de cara a establecer un mayor consenso. En primer lugar, si bien los adultos jóvenes están bien representados en la muestra, hay una presencia muy reducida de adolescentes (<1%). En segundo lugar, no podemos saber en qué medida los resultados son generalizables a nivel global ya que la gran mayoría de participantes (63 %) proceden únicamente de tres países, Nepal, Estados Unidos y Kenia. La representación del resto de países incluidos es muy reducida.
A pesar de lo anterior, este estudio ayuda a poner el foco en la salud mental de las personas y en su capacidad de agencia para decidir y diseñar los lugares en los que quieren vivir.