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Ignacio Melero

Catedrático de Inmunología de la Universidad de Navarra, investigador del CIMA y codirector del departamento de Inmunología e Inmunoterapia de la Clínica Universidad de Navarra

Se trata de un efecto adverso que nos temíamos que se observaría en series muy largas de pacientes. Ocurre con frecuencia baja y, en el tratamiento de las enfermedades en las que los CAR-T están indicados, el beneficio supera con grandes creces al riesgo. La razón de este efecto adverso estriba en el enorme número de divisiones celulares que experimentan los linfocitos CAR una vez infundidos de vuelta al paciente y en que para generar el CAR [receptor de antígeno quimérico] es necesaria la integración de ADN en los linfocitos del paciente. Las integraciones en el ADN del núcleo de estos linfocitos se producen prácticamente al azar, de tal manera que pueden ocurrir inserciones que actúen desregulando oncogenes (mutagénesis insercional). Una estrategia en investigación clínica consiste en incluir en el material genético para formar el CAR dianas farmacológicas para eliminar selectivamente el linfoma que, a partir de las células CAR-T, se pudiera formar (los llamados 'genes suicidas'). 

En cualquier caso, el balance riesgo-beneficio en las indicaciones aprobadas para terapias CAR-T en la actualidad es inmensamente favorable.

ES