Marta Macho-Stadler
Profesora del departamento de Matemáticas de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)
Este estudio está en la línea de análisis anteriores, realizados desde diferentes puntos de vista, en los que se evalúan tanto las capacidades matemáticas de chicas y chicos en distintos rangos de edad como los estereotipos relacionados con las disciplinas STEAM (ciencias, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas, por sus siglas en inglés).
Destacaría tres ideas clave en las que se incide en este artículo que resultan, en mi opinión, de especial interés para romper con creencias muy arraigadas que provocan las brechas de género en matemáticas.
- Se estima que la edad en torno a los seis años (coincidente con el inicio de la escolarización) es momento en el que las brechas en asignaturas STEAM empiezan a notarse. Como en otros estudios previos, esta investigación propone que las intervenciones para desterrar estereotipos relativos a habilidades y capacidades en ciencia y tecnología deberían comenzar en torno a esta edad. Las iniciativas en etapas posteriores serían poco eficaces.
- Las habilidades matemáticas de chicas y chicos son similares, rechazando así creencias arraigadas que atribuyen a unas y otros diferentes capacidades dependiendo de que las tareas matemáticas se vinculen al cálculo o a la visión espacial.
- La presión competitiva afecta de manera diferente a chicas y chicos. Un estudio anterior realizado en un concurso de matemáticas (de dos etapas) en España indicaría (como también se comenta en este artículo respecto a alumnado francés) que las motivaciones y el rendimiento de unas y otros pueden ser diferentes en ambientes competitivos. Además, las expectativas procedentes del entorno familiar y docente pueden empujar a las niñas a limitarse y tener un rendimiento inferior al de los niños en este tipo de pruebas.
Me parecen muy interesantes las recomendaciones que se realizan tras el estudio, que apelan a la formación (matemática y didáctica) del profesorado de enseñanza primaria. Es importante entender cómo el comportamiento de las y los docentes en el aula influye en la manera en la que las niñas y los niños perciben sus propias capacidades matemáticas. En el caso particular de las chicas, las prácticas docentes cargadas de estereotipos las pueden llevar a autolimitarse. La ansiedad matemática del profesorado (y de la familia) se transmite con facilidad, sobre todo en el caso de las niñas, según afirma el estudio. Un plantel docente diverso podría ayudar a tener, de manera natural, a mujeres y hombres como referentes para niños y niñas, y romper con estereotipos establecidos.