María Virginia Fernández González
Farmacéutica y miembro del grupo de investigación Ciencias Del Suelo y Geofarmacia de la Universidad de Granada
Nuestro grupo lleva estudiando el talco como materia prima mineral de uso farmacéutico y cosmético desde la década de 1990. Nosotros nos centramos en el estudio de la calidad farmacopea para uso en farmacia y cosmética, unida a la calidad mineral y geoquímica de esta materia prima.
En nuestras investigaciones hemos podido comprobar que algunos de los talcos comercializados en la década de los 1990 contenían fibras de asbesto (anfíboles), material que presenta un pequeño tamaño de partícula y una morfología fibrilar, que puede resultar tóxico según la bibliografía. Nuestras técnicas de estudio fueron principalmente microscópicas, de difracción de rayos X y los test específicos de farmacopea.
En las recientes investigaciones realizadas por nuestro grupo (desde la década de 2010), hemos podido comprobar que los polvos de talco de uso farmacéutico y cosmético comercializados en farmacias y grandes superficies de países mediterráneo latinos (España, Francia, Italia, Portugal) y otros como Noruega, Marruecos e incluso en Amazon, ya no contienen asbestos, pero sí pueden presentar algunas impurezas minerales tales como las cloritas y los carbonatos (calcita y dolomita) o cuarzo; son minerales no carcinogénicos pero que a veces se registran en cantidades apreciables que hacen que las muestras incumplan los test de farmacopea. Estos minerales se han detectado con técnicas avanzadas como la difractometría de Rayos X (DRX) y la microscopía electrónica de barrido (SEM), asociada a microaanálisis (EDX), sin olvidar los test de Eur. Phar. Adicionalmente, estudiamos el contenido de metales pesados (ICP-MAS).
En la observación minuciosa de la morfología y la composición de las partículas de talco al SEM-EDX se pudo comprobar que, a veces, hay fibras del mineral talco, pero no son elásticas como las de asbesto y la composición de estas es propia del mineral talco. Además, se muestran exfoliables y de poca consistencia; sobre la piel se desmenuzarán fácilmente.
No hemos detectado, como decíamos, fibras asbestiformes.
A nuestro juicio, el principal problema hoy es garantizar que el talco clasificado como cosmético contenga un porcentaje en mineral talco de, al menos, un 90 % (con un 10 %, como máximo, de los principales impurificantes no carcinogénicos). [Es decir, que] Posea así pureza mineral.
Además, sugerimos que debería realizarse un control de calidad exhaustivo por parte de la industria a todos los talcos antes de su comercialización para farmacia y cosmética, para el cumplimiento de los test de farmacopea.