Marc Santandreu
Físico y meteorólogo en RTVE
Las temperaturas de esta última semana de abril son totalmente excepcionales. Aunque sería más ‘normal’ verlas en julio y agosto, incluso ahí entrarían dentro del rango alto para la época. Es decir, serían las típicas previstas para un día de verano de mucho calor. Si las previsiones se cumplen, esperamos batir récords de temperaturas en numerosas capitales. Y no por décimas, sino de largo. Un calor intenso y extenso que también se va a trasladar tras la puesta de sol, con noches tropicales previstas en diferentes municipios. Hay que recalcar que este episodio está atribuido a una masa de aire excepcionalmente cálido para la época, y a no efectos locales y orográficos que a veces son capaces de disparar las temperaturas en determinadas áreas. De ahí su extensión e intensidad.
Es importante hablar con claridad sobre este tipo de episodios. Esto es el cambio climático. Por supuesto que habrá que hacer un estudio de atribución posterior para ver cuán ligado está al calentamiento global, pero sin duda, sin un forzamiento antropogénico, hablaríamos de valores mucho más moderados.
Esto que ahora es algo extraño, que es noticia, dejará de serlo desafortunadamente en unos años. Porque nos acostumbraremos, porque al haber pasado anteriormente, no se hablará de ello.
Todo lo que está ocurriendo es consistente con las proyecciones de cambio climático, como también lo fue lo ocurrido el verano pasado y como también lo será la mayor frecuencia de estos eventos extremos en un futuro.