Marc Suárez-Calvet
Investigador del Barcelonabeta Brain Research Center y del Servicio de Neurología del Hospital del Mar (Barcelona)
El envejecimiento es el principal factor de riesgo del deterioro cognitivo que acompaña a muchas enfermedades neurodegenerativas. Conocer los factores, incluidos genes y proteínas, que se relacionan con el envejecimiento puede ser de ayuda para descubrir nuevas dianas terapéuticas para estas enfermedades. La proteína klotho es uno de estos factores.
Numerosos estudios experimentales en modelos murinos apuntan a que aumentar la función de la proteína klotho (por ejemplo, administrando sistémicamente la proteína) puede revertir parte de los efectos del envejecimiento y mejorar la cognición. La pregunta es obvia, ¿pueden trasladarse estos hallazgos en humanos? Los datos en humanos son observacionales y se ha observado que algunas variaciones genéticas de klotho pueden atenuar el deterioro cognitivo.
El estudio de Castner et al. investiga klotho en primates no humanos y, por lo tanto, sus conclusiones – si bien no definitivas – son más cercanas a lo que cabría esperar en humanos. Esta es la principal novedad del estudio. Los autores inyectan dosis bajas de la proteína klotho, en concreto de su fragmento soluble, en primates no humanos. La memoria de estos animales mejoró pasadas 4 horas de la administración de klotho y su efecto perduró entre 2 y 3 semanas.
Los resultados son sin duda muy prometedores, pero aún quedan importantes cuestiones abiertas. No hay un efecto dosis dependiente, mayor dosis de klotho no se asocia a una mejoría en la memoria. Sería también importante determinar si el efecto de klotho puede permanecer más allá de las 2 o 3 semanas; esto es clave para tratar enfermedades crónicas. Finalmente, debemos conocer mejor los mecanismos de acción de klotho antes de iniciar ensayos en humanos.