Manel Juan
Jefe de Servicio de Inmunología
Es un extraordinario trabajo, sin duda uno de los más avanzados en el campo de la inmunoterapia celular adoptiva (ITCA) tanto a nivel técnico como conceptual, y abre la puerta a la propuesta más personalizada posible para el tratamiento de tumores. No se trata del primer trabajo que prueba por primera vez la herramienta CRISPR para modificar linfocitos T (como los autores mismos citan, ya se ha hecho con CART), pero sí que es el primero que lo hace con receptores de linfocitos T (TCRs) del propio paciente, con lo que consigue dirigirlos contra antígenos específicos de cada tumor en cada paciente.
El trabajo define cómo podemos modificar genéticamente con varios receptores de linfocitos T antitumorales propios otros linfocitos de la sangre del propio paciente, para que puedan dirigirse contra el tumor. El trabajo consigue fusionar en una propuesta lo mejor de las tres aproximaciones ya exitosas de ITCA, la infusión de linfocitos infiltrantes de tumor (terapia TIL), el uso de TCRs transgénicos y la modificación genética de linfocitos T con edición génica. Aunque la focalización en TCRs de linfocitos T CD8+ citotóxicos es obviamente un primer paso y deja en segundo término la necesidad de obtener TCRs para células T CD4+, que sabemos son relevantes sobre todo en tratamientos a largo término, la propuesta permite plantear un escenario de tratamiento personalizado para muchos tumores.
Se abre la puerta a usar esta ITCA personalizada en muchos tipos de cáncer y potencialmente en muchas otras enfermedades definidas por la función del sistema inmunitario. El buen desarrollo de la ITCA en nuestro país (especialmente en terapia CART) puede permitir llegar a proveer de esta opción a nuestros pacientes de manera tan personalizada que puede plantearse como un tratamiento académico.