Luis Plaja
Investigador del departamento de Física Aplicada y miembro del grupo de investigación en Aplicaciones del Láser y Fotónica (ALF) de la Universidad de Salamanca
La entrega del Premio Nobel de Física 2023 es, sin duda, una excelente noticia y un motivo de alegría para los grupos nacionales que trabajan en el campo de la attofísica, varios de los cuales colaboramos con alguno de quienes han recibido el premio. Los láseres son una fuente de luz especial por su coherencia, es decir, por emitir luz en forma de ondas con características muy regulares, luz cuya estructura puede ser modificada a discreción en los laboratorios. Los premiados desarrollaron contribuciones fundamentales que permitieron que este tipo de luz pueda utilizarse para controlar el movimiento de los electrones en escalas tan cortas como unas decenas de trillonésimas de segundo, lo que técnicamente se denomina la escala de attosegundo.
La tecnología de attosegundo proporciona nuevas herramientas para la investigación científica, como por ejemplo, destellos de luz tan breves que nos permiten resolver el movimiento de los electrones en los átomos, fuentes láser de rayos x que nos permiten explorar estructuras nanométricas y diseños experimentales que nos permiten medir cuánto tiempo duran procesos como la ionización, duraciones tan breves que nunca antes han sido medidas. Los tres galardonados no son solo pioneros en este tipo de técnicas sino que han desarrollado unas carreras científicas sólidas, extendidas en el tiempo, y que han contribuido de forma sobresaliente a la consolidación de la attociencia como nueva disciplina en la física.