Luciano Anselmo
Investigador principal del Laboratorio de Dinámica de Vuelos Espaciales, Instituto de Ciencias y Tecnologías de la Información (ISTI), Consejo Nacional de Investigación de Italia (CNR)
Este documento no contiene datos, hechos, resultados o conceptos nuevos. A lo largo de los años, hasta tiempos muy recientes, ya se han presentado análisis, resultados y discusiones similares en conferencias internacionales, como las de la Asociación Internacional para el Avance de la Seguridad Espacial, y se han publicado en revistas técnicas, como el Journal of Space Safety Engineering, aunque toda o la mayor parte de esta bibliografía no se encuentra en las referencias. Por lo tanto, no hay mucho que comentar sobre las cifras proporcionadas, a menos que apoyen las conclusiones anteriores. El debate jurídico y normativo también lleva mucho tiempo en marcha, y se han hecho varias propuestas, incluso relativamente recientes, para abordar la cuestión.
Me limito a un par de observaciones. En la actualidad, la cifra global de víctimas debidas a reentradas incontroladas de cuerpos de cohetes representa más de 2/3 del total, incluidas las naves espaciales. Pero en la próxima década, la proporción de satélites de baja altitud en comparación con las etapas de cohetes aumentará significativamente, y en algún momento el riesgo combinado de los satélites, que ya es aproximadamente 1/3 del total, se impondrá. Así que centrar la atención únicamente en las etapas orbitales no tiene sentido, a medio plazo.
La segunda observación se refiere al riesgo. La expectativa de bajas por reentradas incontroladas es actualmente baja, y lo seguirá siendo. Si se puede considerar insignificante o no, es solo una cuestión de definición. Sin embargo, desde un punto de vista numérico, el panorama es muy claro. Incluso ignorando las bajas anuales debidas a enfermedades tratables, a una atención sanitaria inadecuada, al hambre y a la guerra, las muertes atribuibles a los accidentes y a la contaminación se cuentan por millones en todo el mundo. En cambio, si se consideran las víctimas previstas por las reentradas incontroladas de cuerpos de cohetes y satélites, seguimos hablando de un par de víctimas por siglo, por término medio.
Por lo tanto, aunque todos deseamos que las actividades espaciales sean aún más seguras de lo que son actualmente, el riesgo de reentrada no es ciertamente el más crítico. La contaminación potencialmente adversa de la estratosfera y la mesosfera por el aumento de las tasas de lanzamiento probablemente necesitará mucha más atención en las próximas décadas, aunque apoyo firmemente la adopción de reglamentos más estrictos y vinculantes aplicados a la reentrada de cuerpos de cohetes y satélites, y a las actividades espaciales en general.