La exposición a la radiación por el uso de teléfonos móviles no incrementa el riesgo de cáncer de cerebro, con pruebas de certeza “moderada”, según una revisión sistemática. La exposición a antenas de transmisión tampoco está asociada a leucemias infantiles. El trabajo fue financiado en parte por la OMS y se publica en Environmental International.
Móviles cáncer metaanálisis - Alberto Nájera
Alberto Nájera
Físico, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y Director Científico del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud dependiente del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación
El estudio presenta una exhaustiva revisión sistemática y metaanálisis siguiendo el protocolo PRISMA y el publicado por Lagorio et al. en 2021 específico para revisiones sistemáticas de estudios observacionales en humanos para el estudio de los posibles riesgos de la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia y el cáncer. Este tipo de estudios son los de mayor fortaleza científica por tratarse de revisiones objetivas y reproducibles. Además, han utilizado herramientas de evaluación de riesgo de sesgo (RoB) de los estudios incluidos para garantizar que solo se incluyen los estudios de mayor calidad. Esta herramienta evalúa posibles sesgos de confusión, de selección y exclusión de participantes, el grado de confianza a la hora de caracterizar la exposición, la confianza en la evaluación de los resultados y si se comunicaron todos los resultados o solo una parte (reporte selectivo) y la apropiación de los métodos estadísticos utilizados.
Esta metodología apuesta por una revisión sistemática midiendo los sesgos y garantizando la reproducibilidad. Así, han incluido 63 artículos, con participantes de 22 países, abarcando 119 combinaciones de exposición-outcome (E-O pairs). Los metaanálisis realizados muestran que no hay una asociación significativa entre la exposición a RF-EMF [Radiofrequency Electromagnetic Fields] y un mayor riesgo de los tipos de cáncer más investigados (glioma, meningioma, neuroma acústico, entre otros).
En el análisis se incluyeron trabajos del investigador sueco Lennart Hardell. No obstante, estos trabajos han sido objeto de críticas en la comunidad científica por posibles problemas de sesgo, lo que queda de manifiesto en el estudio. Su inclusión aporta heterogeneidad a los resultados, ya que los estudios de Hardell reportan mayores riesgos asociados con el uso de teléfonos móviles, de ahí que su inclusión puede afectar a las estimaciones de riesgo hacia un aumento. Todo esto se ha tenido en cuenta cuidadosamente.
Así, las conclusiones son sólidas, están respaldadas por estudios de calidad y nos indican que no se encontró una asociación sólida entre la exposición a RF-EMF y un mayor riesgo de cáncer, al considerar la totalidad de la evidencia disponible.
La búsqueda e inclusión de trabajos se realizó el 17 de mayo de 2024, pero posteriormente se han publicado al menos tres estudios que podrían haberse incluido y que proporcionarían más evidencias que apoyarían las conclusiones del estudio (son los estudios COSMOS, MOBI-Kids, UK Biobank entre otros). Hay que tener en cuenta que la IARC clasificó los campos electromagnéticos de radiofrecuencia como “posiblemente carcinogénicos para los humanos (Grupo 2B)” basándose en una revisión publicada en 2011. La actual revisión de Karipidis et al. abarca un mayor rango temporal, incluyendo estudios del informe de la IARC, ha utilizado una metodología más avanzada y ha evaluado los riesgos de sesgo. Además, se han incluido otras fuentes, no solo los terminales móviles, y otros tipos de cáncer como tumores de glándulas salivales, pituitarios y leucemias. Así, la evidencia proporcionada por la IARC era limitada, y este estudio proporciona una evidencia con mayor grado de certeza. Además, los datos de tendencias temporales sobre incidencia de cáncer de cerebro en las últimas décadas, a pesar del incremento masivo en el uso de teléfonos móviles, lo que refuerza la falta de una asociación causal observada.
Los autores han sido meticulosos en evaluar y ajustar posibles factores de confusión en los estudios individuales revisados. Utilizan modelos estadísticos avanzados y estratifican los análisis para mitigar el impacto de factores de confusión conocidos. Sin embargo, reconocen que no todos los estudios incluidos en la revisión pudieron controlar adecuadamente estos factores, lo que podría introducir sesgos en algunas estimaciones.
Las implicaciones principales de este estudio son que, según la mejor evidencia disponible hasta la fecha, la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia, tal como los producidos por teléfonos móviles o las antenas de telefonía, no parece aumentar significativamente el riesgo de desarrollar cáncer. Esto sugiere que las normas actuales de exposición, como las establecidas por la ICNIRP [Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante] y que se cumplen en muchos países al estar incluidas en sus legislaciones, como en España, son adecuadas para proteger la salud pública.
No obstante, como siempre en ciencia, los autores recomiendan continuar con la vigilancia epidemiológica, especialmente en relación con las nuevas tecnologías de como 5G, ya que la evidencia aún es limitada y algunas incertidumbres persisten, especialmente en relación con exposiciones a largo plazo y en subgrupos de la población más susceptibles.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Revisión sistemática
- Metaanálisis
Ken Karipidis et al.
- Artículo de investigación
- Revisado por pares
- Revisión sistemática
- Metaanálisis