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Kim Barrett

Vicedecana de Investigación y profesora distinguida de Fisiología y Biología de Membranas en la Universidad de California en Davis (EEUU)

Desde hace tiempo se entiende que el cerebro se comunica con el intestino y algunos han planteado la hipótesis de que factores procedentes del intestino podrían desencadenar el desarrollo de condiciones neurológicas, como la enfermedad de Parkinson (EP). El artículo en la revista Gut realiza una contribución importante al mostrar que algunos diagnósticos gastrointestinales están vinculados a un diagnóstico posterior de EP, lo que sugiere que puede ser importante que los médicos tomen nota de estas condiciones gastrointestinales al evaluar a pacientes en riesgo de EP, incluso antes del inicio de síntomas neurológicos.  

Las conclusiones de los autores están bien respaldadas por la gran cantidad de registros de salud de pacientes que se compararon en el estudio y por el hecho de que analizaron la asociación entre las condiciones gastrointestinales y la EP en ambas direcciones y obtuvieron los mismos resultados (es decir, ¿tienen las personas con EP antecedentes de estas condiciones gastrointestinales y aquellas con condiciones gastrointestinales específicas desarrollan EP en los cinco años siguientes?).  

Además, los investigadores se esforzaron por minimizar el impacto del sesgo de vigilancia en su análisis (es decir, cuanto más se busca, más se encuentra). Sin embargo, los sujetos cuyos registros fueron revisados eran menos diversos en términos raciales y étnicos que la población estadounidense en general, lo que significa que podría no ser posible extrapolar las conclusiones a todos los grupos o incluso a aquellos fuera de los Estados Unidos.  

Además, los hallazgos son puramente correlativos y sigue siendo posible que tanto las condiciones gastrointestinales como la EP estén vinculadas de manera independiente a un tercer factor de riesgo aún desconocido; el trabajo informado no puede atribuir causalidad. Sin embargo, las conclusiones pueden tener relevancia clínica y ciertamente deberían estimular estudios adicionales para identificar mecanismos subyacentes, ya que hay posibles implicaciones para el tratamiento temprano.

ES