Autor/es reacciones

Julio Díaz

Profesor de investigación y codirector de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III

Desde mi punto de vista, se trata de un interesante estudio que viene a incidir en la importancia que tiene para la salud la exposición al humo procedente de incendios forestales que han ocurrido a cientos e incluso miles de kilómetros del lugar en el que tiene su foco. En este caso, se refiere a la incidencia que tienen los incendios ocurridos en Canadá sobre la mortalidad en Europa y América del Norte. 

Aunque desde el punto de vista de los modelos de transporte del humo que proviene de estos incendios el artículo parece robusto, desde el punto de vista del impacto en salud hay dos cuestiones que podrían mejorarse en el manuscrito. 

Por un lado, el impacto de las PM2,5 se estima a partir de funciones estándar para PM2,5 y no se tiene en cuenta la composición de las PM que proviene de los incendios forestales, que suelen tener una mayor toxicidad y, por tanto, mayores efectos en salud. 

Por otro lado, asociado a las PM2,5 suelen ir compuestos orgánicos volátiles que actúan como precursores del ozono troposférico, por lo que habría que añadir al impacto de las PM el efecto en salud debido a este otro contaminante secundario. Este ozono troposférico tiene un impacto en salud que a veces es superior al de las propias PM.  

Por tanto, probablemente las cifras que se dan en este estudio sobre el impacto en salud que estos incendios de Canadá tienen en América del Norte y Europa están infraestimadas. 

ES