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El artículo de Kandala y colaboradores es un trabajo de excelente calidad, que demuestra la capacidad de cómputo del ordenador cuántico de 127 cúbits de IBM. El contenido del trabajo es bastante técnico, pues se centra en preguntas como la simulación de problemas de física en estos ordenadores, la extracción de predicciones cuantitativamente buenas a pesar de la imprecisión del ordenador y la comparativa con otras técnicas de simulación que usan ordenadores convencionales y que los físicos cuánticos hemos perfeccionado en los últimos años.  

El principal mensaje del artículo se podría resumir en tres afirmaciones:  

  1. Los ordenadores cuánticos que tenemos, aunque imprecisos, pueden simular problemas de interés para la física que son de una elevada complejidad. En concreto, este trabajo se ha centrado en simular lo que se conoce como el "modelo de Ising con campo transverso", un problema físico fundamental en el estudio del magnetismo.  
  2. Aunque el ordenador cuántico comete errores (los cúbits pierden coherencia, las operaciones no son 100 % precisas, etc.), la estructura de los errores que comete no es arbitraria. Gracias a ello, en IBM han perfeccionado un protocolo que permite cancelar los errores introducidos por el ordenador cuántico, obteniendo predicciones cuantitativas muy precisas.  
  3. Hay otras técnicas de simulación que usamos los físicos para estudiar este tipo de problemas en grandes ordenadores "clásicos". En este trabajo han aplicado dos de esos métodos, conocidos como "redes de tensores", y han visto que producen resultados menos precisos que el ordenador cuántico.  

Se trata de un trabajo extremadamente interesante, que contribuye a reforzar la utilidad de los ordenadores cuánticos en aplicaciones científicas, incluso en escenarios en los que no tenemos cúbits perfectos ni corrección de errores. Después de este trabajo resulta aún más atractiva la existencia de ordenadores con 413 cúbits, como el chip Osprey, donde este tipo de problemas es actualmente imposible de abordar con redes de tensores. También abre preguntas importantes sobre qué otros problemas físicos se pueden estudiar en estos procesadores y si las técnicas de mitigación de errores creadas por IBM tendrán igual efecto en ellos.  

¿Es el resultado definitivo? No necesariamente. Al igual que el trabajo de Google sobre supremacía cuántica despertó el interés de los científicos, que desarrollaron nuevos métodos de simulación ahora capaces de reproducir ese experimento, es posible que otros científicos mejoren el estado del arte en "redes de tensores" y consigan igualar o superar lo que puede hace este procesador con 127 cúbits. 

ES