Autor/es reacciones

Manel Juan

Jefe de Servicio de Inmunología

Se trata de un estudio sobre un caso 18 años después de ser tratado con células CAR-T anti-GD2 bien documentado y de buena calidad. El caso es una prueba de que los CAR de primera generación pueden perdurar y funcionar si el linfocito T que se transduce con el CAR tiene esta opción y sin necesidad de dominios coestimuladores. En este caso, el partir de linfocitos T anti-virus de Epstein Barr (EBV) permite que el receptor de TcR permita esta supervivencia y función para un tumor sólido. 

Encaja con la evidencia existente, pero remarca la importancia del TcR endógeno (la importancia de los linfocitos del paciente por encima —o al lado — de la propia molécula CAR-T). 

La principal implicación es que se recobre el concepto de que el uso de linfocitos T antígeno-específico puede ‘mejorar’ la propuesta de un CAR-T. El grupo de Baylor ya había demostrado la ‘bondad’ de usar VST [linfocitos T específicos de virus] en combinación con moléculas CAR, pero aquí se muestra el caso de mayor supervivencia hasta el momento con un CAR-T que además de ser de primera generación es frente a un antígeno para tumor sólido. 

La principal limitación es que es solo un caso de tan larga supervivencia (hay otros, pero no tan largos) y que, dado el éxito de este caso, se retomen propuestas de primera generación. Los datos del papel del/los TcR anti-EBV no indican de manera científicamente clara la fisiopatogenia de esta combinación de receptores, el natural (TcR) y el quimérico (CAR).

ES