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José Mª Ordóñez Iriarte

Doctor en salud pública, jefe de Servicio en la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid y profesor en la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid)

Si bien las causas que subyacen en la depresión son amplias y variadas, este estudio pone de manifiesto que las variables ambientales, entre las que se encuentra la exposición a sustancias químicas, pueden contribuir a esta. El entorno ambiental no es ajeno a la salud de la población (Hipócrates dixit) y, actualmente, se sabe que la exposición a sustancias químicas a concentraciones consideradas bajas es casi universal.   

Este estudio, de tipo transversal, así como la medida de la depresión que, quizá la sobreestima, presenta algunas limitaciones propias de su diseño, como así lo reconocen los propios autores, pero no invalida en absoluto su avance de conclusiones: muchos de los contaminantes ambientales más comunes están asociados con síntomas depresivos. Sugieren, además, que el efecto está mediado a través de procesos inflamatorios, lo que abre la puerta a identificar posibles indicadores clínicos.  

Desde el Ministerio de Sanidad, en colaboración con las comunidades autónomas, se está promoviendo un estudio de ámbito nacional para determinar la carga de contaminación que soporta la población española. Sin menoscabo de los numerosos estudios llevados a cabo en España por distintos grupos de investigación, será el momento en el que se podrán analizar las potenciales repercusiones que estos contaminantes tienen en los trastornos psiquiátricos. No obstante, desde salud pública se trabaja precisamente para reducir, en la medida de lo posible, la exposición a sustancias químicas ambientales para evitar estos y otros efectos dañinos.  

ES