Jordi Pérez-Tur
Investigador científico de Organismo Público de Investigación (OPI) en el Institut de Biomedicina de València del CSIC
Hace apenas un mes se publicó un estudio en miles de personas que mostró que quienes poseen dos copias del alelo E4 del gen apolipoproteína E (APOE) tenían una forma de enfermedad de Alzheimer que se comportaba como una forma genética más. Esas dos copias propiciaban un mal funcionamiento cerebral hasta desembocar en una demencia a edades no tan avanzadas como en la población general.
Hoy nos encontramos con un trabajo que analiza una única familia de origen colombiano en la que, además de una variante genética causante de la EA en el gen de la Presenilina 1 (PSEN1), algunos individuos también poseen un alelo muy poco frecuente en el gen de la APOE que se llama Christchurch (APOE3Ch). Pues bien, este trabajo demuestra que, en esa familia, los individuos con las variantes en PSEN1 y la APOE3Ch tienen una enfermedad de Alzheimer que aparece unos años más tarde que en sus familiares que solo tienen la variante en PSEN1. Este retraso en la edad de inicio se acompaña, además, de un menor número de lesiones en el cerebro, incluyendo las lesiones vasculares que sí eran más abundantes en los portadores de la variante en PSEN1.
Hace unos años, este mismo grupo observó como un miembro de esta familia portaba dos copias de este alelo, APOE3Ch, y a pesar de tener también la variante en PSEN1 que causaba la EA en sus familiares alrededor de los 40 años, no presentaba signos de demencia avanzados los 70 años de edad. Ese hallazgo se extiende ahora con la demostración que una única copia de APOE3Ch puede ser moderadamente beneficiosa y se une a otro artículo reciente de otro grupo que demuestra que esta variante puede ser beneficiosa en tanto que los astrocitos que la poseen son más resistentes a la propagación de las lesiones de tau que aquellos que no poseen esta variante.
En conjunto, nos encontramos ante unos hallazgos con una vertiente muy importante y que no se podía ver tan claramente hace poco tiempo: existen formas de ralentizar el avance de la enfermedad de Alzheimer. Aunque los autores restringen el efecto de esta variante en APOE a la familia colombiana, las evidencias presentadas por otros autores, por ejemplo, el trabajo mencionado antes, permite prever que el moderado efecto de la variante APOE3Ch pueda darse en la población general.
Descifrar los mecanismos que hacen que una persona sea moderadamente resistente al avance de la enfermedad de Alzheimer puede suponer identificar nuevos mecanismos que den lugar a terapias efectivas. De hecho, que una única variante genética posea esa capacidad, puede suponer que ralentizar la enfermedad, sin ser sencillo, pueda ser alcanzable.