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Jesús Martínez Frías

Geólogo planetario y astrobiólogo del IGEO (CSIC-UCM). Académico de las Reales Academias de Ciencias y Doctores de España. Presidente de la comisión de geología planetaria de la Sociedad Geológica de España y de la Red Española de Planetología y Astrobiología

Se trata de un estudio muy interesante que conecta la mineralogía con otros aspectos relacionados con la habitabilidad marciana. Y lo hace combinando diferentes técnicas desde instrumentos en órbita, in situ (análisis sobre el terreno) y también con materiales de laboratorio. Las conclusiones se apoyan, por tanto, en sólidas metodologías que abordan muy bien los objetivos planteados. 

Los primeros estudios publicados que conectan la ferrihidrita con Marte se remontan a los años 90 del siglo pasado (por ejemplo, Robbins et al. 1991, Bishop et al. 1993). Aunque posteriormente, numerosas investigaciones han planteado la presencia de este mineral y de otros óxidos de [ferro] y fases minerales relacionadas con el agua (sulfatos como la jarosita, yeso, etc.), probablemente el primer estudio que confirmó experimentalmente la presencia de ferrihidrita en Marte fue través de los Mars Exploration Rover (MER) en la zona de Meridiani (Farrand et al. 2007). Desde ese año, muchos otros trabajos abordaron la relevancia de los óxidos de hierro, junto con la de otros minerales minerales, con distintos objetivos —entre ellos, la caracterización de paleoambientes marcianos y sus condiciones de habitabilidad—. 

Las principales novedades que aporta esta investigación se focalizan en el conjunto de metodologías procedentes de distintas fuentes y en la importancia del agua, cuya huella ha quedado plasmada en los óxidos de hierro hidratados (ferrihidrita) del polvo marciano y otras fases minerales también relacionadas con el agua, frente a la naturaleza más anhidra, que se asumía de manera clásica. 

Mientras que no dispongamos de minerales, rocas y regolito bien seleccionado y muestreado en Marte, como el que pueda traer a la Tierra una misión como la Mars Sample Return, y con experimentos que nos permitan perforar la superficie como los que pretende realizar el rover Rosalind Franklin, no podremos realizar una experimentación detallada (incluyendo estudios isotópicos bien definidos) y una valoración de las transformaciones, ciclos y secuencias de procesos y ambientes a lo largo de los miles de millones de año de evolución geológica de Marte. De momento, solo contamos con los meteoritos marcianos y con las caracterizaciones que podamos llevar a cabo con los orbitadores, los rovers y las simulaciones experimentales de laboratorio (incluyendo los análogos terrestres como laboratorios naturales). De cualquier forma, este estudio constituye un avance importante y un paso más en comprender el complejo puzle de la geología y mineralogía marciana. 

ES