Jesús Francisco García-Gavilán
Investigador en el grupo de Alimentación, Nutrición, Desarrollo y Salud Mental, departamento de Bioquímica y Biotecnología, Universitat Rovira i Virgili
Este estudio valora el potencial de sustituir el consumo de carnes rojas por peces forrajeros como una alternativa nutricional y ambientalmente más sostenible. Los peces forrajeros incluyen especies como sardinas, arenque y caballa, pescados grasos pequeños con un importante contenido en DHA y EPA, dos ácidos grasos poliinsaturados omega 3 que han demostrado producir efectos muy beneficiosos sobre el organismo. La mayor parte del mercado de estas especies se destina a la alimentación de otras especies animales, obviándose que un consumo humano directo supondría, no solo una mejora a nivel de salud pública, sino que afectaría positivamente sobre algunos de los actuales problemas de sobreexplotación, cambio climático y desnutrición con un mínimo de esfuerzo aplicado sobre políticas comerciales, ambientales y nutricionales.
La carne roja es un alimento procedente principalmente del ganado vacuno. Varios estudios han demostrado que un consumo continuado de este grupo de alimentos favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, las dos patologías que producen mayor mortalidad y gasto sanitario a nivel nacional. También existen estudios que demuestran que algunas de las prácticas ganaderas asociadas a este tipo de alimentos perjudican gravemente el medioambiente.
Por lo tanto, la aplicación de políticas alimentarias a nivel nacional que favorecieran el consumo de pescado no solo produciría una mejora de la salud de la población española, sino que disminuiría el gasto sanitario y potenciaría el seguimiento de la dieta mediterránea y de la dieta atlántica, dos patrones alimentarios en peligro de extinción a pesar de ser mundialmente reconocidos como efectivos en la prevención de patologías.