Jesús Flórez
Catedrático de Farmacología de la Universidad de Cantabria y presidente de la Fundación Iberoamericana Down21
Hay una hipótesis, en principio plausible mientras no se demuestre lo contrario: la posible acción positiva del sistema GnRH sobre la cognición (además de las conocidas acciones propiamente endocrinas). El estudio trata de confirmar esa hipótesis y, al mismo tiempo, demostrar el beneficio que podría reportar a las manifestaciones de discapacidad cognitiva en las personas con síndrome de Down.
El estudio preclínico se centra en el ratón Ts65Dn, uno de los varios modelos murinos de síndrome de Down. Ha sido el más utilizado hasta ahora, pero dista de ser el modelo perfecto (Klein JA and Haydar TF (2022) y Terapia farmacológica: Neurodesarrollo y Neurodegeneración en el Síndrome de Down).
Los estudios realizados por los autores en este modelo en lo que se refiere al desarrollo del sistema GnRH son complejos y demostrativos en sus diversas vertientes. Considero algo floja la experimentación, precisamente, sobre la cognición en el ratón.
Son decenas los productos ya experimentados en el ratón Ts65Dn que, habiendo mejorado a veces muy sustancialmente la función cerebral y las pruebas cognitivas en ese modelo, han fracasado después al trasladar la experimentación a las personas con síndrome de Down. De ahí la necesidad de probar siempre en otros modelos.
El ensayo clínico es muy provisional y carece de las condiciones que se requieren para mostrar los efectos positivos con objetividad. Debería haber sido doble-ciego y comparado con placebo, y con un número mayor de sujetos. Me sorprende que Science haya aceptado esa parte del trabajo.