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Isabel Salado

Investigadora posdoctoral en la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC)

La biodiversidad ha sido reconocida internacionalmente en tres niveles diferentes: diversidad de los ecosistemas, diversidad de las especies y diversidad genética dentro de cada especie. La diversidad genética es crucial para la supervivencia a largo plazo de poblaciones y especies, ya que les ayuda a adaptarse a futuros cambios ambientales, como brotes de enfermedades. Mediante la recopilación y el análisis de más de tres décadas de investigación, este estudio demuestra que la diversidad genética está disminuyendo en todo el mundo para más de 600 especies de una amplia gama de organismos (animales, plantas, hongos y cromistas) y no es exclusiva de las especies raras y amenazadas. 

La diversidad genética puede perderse debido al declive de las poblaciones y a la fragmentación generada por actividades humanas como la degradación del hábitat, la recolección insostenible o la introducción de especies invasoras. Esta investigación demuestra que estas amenazas afectan directamente a la diversidad genética, no solo a la diversidad de especies. Los autores destacan que acciones de conservación como el fomento del crecimiento demográfico y las conexiones entre poblaciones podrían reducir aún más la pérdida de diversidad genética o incluso aumentarla. 

Este estudio demuestra que la pérdida de diversidad genética es una realidad y se está produciendo a gran escala en muchas especies de todo el mundo. La diversidad genética se acumula a lo largo de miles de años y, una vez perdida, es muy difícil recuperarla. Por lo tanto, es urgente orientar las medidas de conservación a salvaguardar la diversidad genética para garantizar el potencial adaptativo de las poblaciones y las especies. 

ES