El equipo dirigido por la doctora Shweta Bansal ha analizado la previsión de la evolución del riesgo de zoonosis desde el presente hasta 2070 en función de distintos escenarios de cambio climático, cambio de uso del suelo (de bosque o selva a cultivos, por ejemplo) y migración de mamíferos. 

Los resultados muestran que los cambios darán lugar a un gran número de nuevos contactos entre especies animales que nunca habían compartido sus hábitats. Esta convivencia posibilitará que los virus que infectan a una especie puedan tener acceso a una nueva especie hospedadora y efectuar con éxito un salto de especie. Los investigadores predicen que los focos de estos nuevos contactos están en las regiones en altitud en Asia y en África, que albergan una gran riqueza ecológica. Los investigadores muestran también que los murciélagos estarán probablemente implicados en la gran mayoría de los nuevos contactos entre especies de mamíferos. 

En cuanto a los humanos, los investigadores muestran que los centros de nuevos contactos y posibles zoonosis hasta 2070 se centran en zonas tropicales con altas densidades de población y variaciones geográficas de altitud, como el Sahel, las mesetas en Etiopía, el valle de Rift, India, China oriental, Indonesia o Filipinas. 

Los resultados sugieren que muchos de estos cambios de hábitat ya están en marcha, de modo que las posibilidades de nuevos contactos entre especies y las probabilidades de zoonosis aumentarán en las próximas décadas.

Las previsiones del equipo de la doctora Shweta Bansal solo pueden incluir las relaciones virus-hospedador que conocemos, evidentemente. Para muchos virus mal conocidos y potencialmente peligrosos para los humanos, como el virus Usutu, o para virus para los que no conocemos bien la fuente y el hospedador salvajes (como el ébolavirus del Zaire), no pueden establecerse previsiones acertadas. Asimismo, no comprendemos aún bien por qué algunos saltos de especie tienen éxito y pueden dar lugar a pandemias (como las del HIV o el SARS-CoV-2) y devenir finalmente endémicos (como otros coronavirus humanos), mientras muchos otros no son capaces de establecerse en la nueva especie y quedan restringidos afortunadamente a brotes epidémicos. De modo que no podemos aún predecir cuántos de estos nuevos contactos y posibles zoonosis darán lugar a emergencias sanitarias locales o globales. 

El lado positivo de este trabajo es que identifica los posibles focos de nuevos contactos entre especies de mamíferos. De este modo, la vigilancia epidemiológica puede centrarse en las posibles especies de más alto riesgo, en las zonas de alta densidad humana y de frontera entre distintos usos del suelo.

 

ES