Guy Pe'er
Biólogo de la conservación en el Centro Alemán de Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) y el Centro Helmholtz de Investigación Medioambiental (UFZ) en Alemania
Como revisión de estudios publicados, los métodos adoptados en este trabajo son bastante claros. Basándose en 82 estudios científicos publicados, los autores pudieron confirmar que las presiones antropogénicas, en particular la agricultura y la expansión urbana, son los principales motores del declive de los insectos en Europa Occidental y Central, y demostrar que los impactos son a menudo indirectos (por ejemplo, al afectar a los hábitats). Los resultados no son nuevos, pero ayudan a afirmar que, aunque el panorama es complejo, bastantes estudios apuntan en la misma dirección.
Los autores mencionan una serie de limitaciones. Algunos problemas se derivan del carácter heterogéneo de los trabajos originales, mientras que otros están relacionados con la complejidad natural de las presiones antropogénicas. Es difícil diferenciar una presión de otra y, de hecho, algunos de los estudios originales no pudieron, o no intentaron, identificar las causas exactas. Una cosa que es bastante desafortunada es que los autores no ofrecieran recomendaciones basadas en sus resultados, en cuanto a cómo podrían abordarse los factores impulsores y las presiones.
Los autores hacen afirmaciones claras sobre la contribución de los seres humanos, en particular de la agricultura (incluidos los productos agroquímicos), a los resultados observados. Esto podría demostrar una o dos cosas: o que también [las] empresas [que financian el estudio] reconocen la contribución clave de la agricultura a la pérdida de biodiversidad, o que los procesos de revisión por pares ayudan a garantizar la calidad de los artículos científicos, o ambas cosas.
El documento subraya que estamos ejerciendo múltiples presiones sobre los ecosistemas naturales, indicando lo urgente que es detener e invertir el mayor número posible de estas presiones. Actualmente, la UE está negociando la Ley de Restauración de la Naturaleza, que la Comisión Europea propuso, y está sometida a muchas presiones políticas para suavizarla y, especialmente, para eliminar las partes de la misma que abordan la restauración de la naturaleza en zonas agrícolas. La recomendación más clara que se podría sacar de este estudio es, por tanto, garantizar que la Ley de Restauración de la Naturaleza avance con todos sus componentes, lo antes posible. Abordar nuestras presiones sobre la naturaleza es esencial, tanto para la supervivencia de los insectos como para los servicios que nos prestan a todos.