Gustavo del Real
Científico titular en departamento de Biotecnología del INIA-CSIC
Más de tres años después de la aparición súbita de la pandemia de covid-19 por el SARS-CoV-2, la población mundial ha vuelto a la normalidad prepandémica. Las autoridades sanitarias y los expertos infectólogos tratan ahora de adivinar cuál será el agente responsable de la próxima pandemia. No se sabe cuándo ni dónde emergerá, ni qué tipo de microorganismo nos sorprenderá, pero todos los expertos coinciden en que, tarde o temprano, nos visitará con mayor o menor agresividad. Entre los candidatos con más probabilidades siguen estando los virus que causan la gripe aviar, pertenecientes al género Influenza de tipo A. Su amenaza no es nueva, lleva casi tres décadas ocasionando infecciones esporádicas en humanos, pero sin llegar a instalarse y a propagarse con eficiencia en nuestra especie.
Desde hace un par años, un miembro de este grupo de virus aviares, denominado H5N1, está produciendo innumerables brotes de alta virulencia en aves de corral y silvestre por todo el mundo, con una altísima mortandad. Pero lo que suscita una preocupación añadida es que este virus ha demostrado la capacidad de infectar severamente a varias especies de mamíferos, lo cual implica un primer paso para que crucen la barrera de especie y causen infecciones eficaces y virulentas en la especie humana.
Numerosos grupos de investigación tratan de desvelar los factores implicados en la adaptación de los virus a distintas especies animales. En este artículo, los autores describen la identificación de la proteína BTN3A3 (Butyrophilin subfamily 3, miembro A3), que actúa como un potente inhibidor de los virus de la gripe aviar, pero no de los de la gripe humana. Dicha proteína se expresa en células de las vías respiratorias humanas y su actividad inhibitoria parece haberse originado y evolucionado en los primates. En concreto, los investigadores demuestran que el mecanismo de actuación de BTN3A3 actúa en las primeras fases del ciclo del virus, inhibiendo la replicación del ARN viral. Sin embargo, no todos los virus de gripe aviar son sensibles a esta proteína inhibidora. Por ejemplo, los virus de los subtipos H7 y H9, así como un alto porcentaje de las cepas de H5N1 de alta virulencia, son refractarios a la acción inhibitoria de BTN3A3. Concretamente, los virus aislados en el brote de H5N1 que afectó a una granja de hurones en Galicia en 2022 mostraban una mutación que les confería resistencia a BTN3A3 que el virus adquirió previamente en un hospedador aviar.
En resumen, este estudio aporta un gran avance en el conocimiento de los mecanismos moleculares innatos por los que los humanos nos defendemos de los virus gripales aviares. Los autores postulan que este nuevo elemento de resistencia podría tener un alto valor epidemiológico al asociarse con la capacidad de transmisión de los virus gripales aviares en la especie humana.