Gunter Kuhnle
Catedrático de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad de Reading (Reino Unido)
La publicación del dictamen de la IARC y del JECFA es muy bienvenida, ya que pone fin a las especulaciones sobre la seguridad del aspartamo. Las dos agencias de la OMS han hecho lo que se supone que deben hacer: la IARC ha revisado los datos y ha encontrado algunas pruebas muy limitadas de que el aspartamo podría causar cáncer y, basándose en los mismos datos, el JECFA ha concluido que un consumo de hasta 40 mg por kg de peso corporal al día es seguro y no hay necesidad de cambiar las recomendaciones actuales.
Es lamentable que la filtración de cierta información haya podido crear incertidumbre y preocupación innecesarias, ya que los consumidores pueden preocuparse con razón si se les dice que algo que está en muchos alimentos puede causar cáncer. El dictamen publicado relativiza esta cuestión y deja muy claro que no hay motivo de preocupación cuando se consume en las cantidades actuales. Los organismos científicos consultivos a menudo son incapaces de reaccionar con rapidez y responder a una noticia emergente, por lo que es bueno que ahora dispongan tanto de las evaluaciones de la IARC como del JECFA para asimilarlas y responder a ellas.
Esto ilustra también la importancia de distinguir entre peligro y riesgo y pone de relieve la dificultad de comunicar los peligros: la luz solar es un peligro, ya que puede causar cáncer, pero el riesgo depende de la cantidad de luz solar y de si usamos protección. Del mismo modo, aunque el aspartamo provoque cáncer en cantidades muy elevadas, no existe riesgo al consumirlo en las cantidades permitidas en los alimentos.