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Gino Pecoraro

Ginecólogo y obstetra en activo, profesor asociado de Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Queensland (Australia) y presidente de la Asociación Nacional de Obstetras y Ginecólogos Especialistas (Australia)

Todas las mujeres del planeta acaban pasando por la menopausia. Para algunas es una transición normal relativamente benigna y parte rutinaria de un envejecimiento sano, pero para otras, los síntomas debilitantes pueden afectar negativamente a su vida cotidiana. 

Aunque es loable que por fin se hable más abiertamente de la menopausia y de sus múltiples manifestaciones, tanto en la literatura médica como en la población general, debemos tener cuidado de no deshacer lo bueno que ya se ha hecho y ‘tirar al bebé con el agua de la bañera’. 

Ningún médico que trate a una mujer con síntomas menopáusicos negará el papel que desempeñan el empoderamiento y los tratamientos no farmacológicos para ayudar a las pacientes a afrontar mejor esta transición. Sin embargo, sigue habiendo lugar para el control de los síntomas con terapias médicas hormonales y no hormonales. No debemos olvidar que la THS (terapia hormonal sustitutiva) puede tener otros efectos beneficiosos imprevistos, como una reducción del 50 % de las fracturas osteoporóticas. 

En lugar de intentar imponer un modelo de tratamiento sobre otro, ¿no sería estupendo que las mujeres y sus médicos conocieran todas las opciones terapéuticas e individualizaran el tratamiento a las necesidades particulares de cada mujer que busca su ayuda?

ES