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Gilberto Pérez López

Especialista de Endocrinología del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y director del Curso Experto Universitario en Medicina Transgénero SEEN-Universidad de Barcelona-Editorial Panamericana

El manejo de la incongruencia de género en la adolescencia es una situación de alta complejidad y hasta hace pocos años no contábamos con evidencia robusta sobre algunas cuestiones como la Disforia de Género de Inicio Rápido (DGIR) (descripción de los menores trans como consecuencia del contagio social, que no es un diagnóstico médico), la seguridad de los tratamientos hormonales iniciados en la pubertad y la desistencia (que consiste en cambiar en el sentimiento identitario inicialmente manifestado) o la destransición (consistente en revertir los cambios realizados en el proceso reasignador de género, ya sean médicos, sociales o administrativos). 

Respecto al DGIR, Bauer publicó en abril de 2022 un estudio que intentaba probar en menores transgénero la hipótesis del contagio social y que estos son “adolescentes con problemas de salud mental comórbidos”. Sus resultados no confirmaron la existencia de la DGIR y sí el impacto positivo en la salud mental de los adolescentes en tratamiento hormonal de afirmación de género.  

En relación con los bloqueadores de la pubertad (análogos de GnRH - aGnRH), desde hace más de quince años existen conocimientos de la eficacia y de la ausencia de efectos adversos graves en su empleo en niños/as con pubertad precoz central. La experiencia en menores trans es más limitada, pero parece ser similar. Un trabajo reciente ha sugerido que los patrones de crecimiento de los menores trans con bloqueadores de la pubertad son similares a los informados para los menores cisgénero prepuberales. También se ha demostrado que el uso de aGnRH en menores trans mitiga el riesgo de depresión, ansiedad y tendencias suicidas

El estudio de Van der Loos publicado hoy en The Lancet Child & Adolescent Health viene a aportar más evidencia científica a la pregunta de cuántos adolescentes trans que iniciaron el tratamiento hormonal en la adolescencia continúan el tratamiento en la etapa adulta. 

La Unidad de Identidad de Género (UIG) de la UMC de Ámsterdam es un referente mundial en todos los aspectos de la medicina transgénero y se rige por acciones protocolizadas. Cuenta con uno de los mejores registros relacionados con el abordaje biopsicosocial de las personas trans. Esto se refleja en la calidad de los datos y de la metodología del estudio, y, por lo tanto, de sus conclusiones. 

En 2022, Butler dio por primera vez respuesta a la pregunta en cuestión y encontró que el 95 % de los menores trans que iniciaron tratamiento hormonal en la adolescencia lo seguían en la etapa adulta.   

En el estudio de la UIG de la UMC, el 98 % de los adolescentes trans que iniciaron el tratamiento hormonal en la adolescencia lo continuaban en la adultez.  

Una limitación de este estudio es el hecho de que la prescripción del tratamiento hormonal no se traduce necesariamente en el hecho de continuidad de las hormonas. Esta es una limitación de todos los estudios basados en registros y puede sobreestimar los resultados.  

Otra limitación del estudio fue el no encontrar las causas por el que el 2 % dejaron el tratamiento hormonal. Respecto a este 2 % de las personas trans que estaban sin tratamiento, los investigadores reflexionaron que no se puede concluir que estas personas desistieron o llegaron a destransicionar. Estas personas podrían haber dejado el tratamiento hormonal por varias razones plausibles para la interrupción de tratamiento, como la falta de conocimiento sobre la importancia del tratamiento hormonal continuado después de la gonadectomía (tras la cirugía de confirmación de género) o efectos adversos de la medicación, o que tienen identidades no binarias. 

En cualquier caso, los resultados del trabajo de van der Loos van en la línea de los resultados de estudios previos y aportan evidencia en este campo que apoya el abordaje actual de los menores trans. Así, los resultados del estudio de la UIG de la UMC de Ámsterdam confirman que el inicio del tratamiento hormonal en adolescentes trans tiene una alta tasa de continuidad en la etapa adulta (98 %), aportando desde la evidencia tranquilidad a los profesionales sanitarios sobre los resultados del abordaje actual. 

Estos hallazgos pueden y deben ayudar y servir de guía al debate público y legal actual sobre el inicio del tratamiento médico en menores trans. 

ES