Francisco J. Doblas-Reyes
Profesor ICREA, director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center
Es muy buena noticia que se haya llegado a un acuerdo para la financiación climática, triplicando la aportación anual con respecto a los objetivos que se habían marcado hasta el momento. Aunque los mecanismos para que la aportación se materialice aún requieren que los aspectos técnicos se concreten, las subvenciones, préstamos y proyectos privados deberían ayudar a los países del Sur Global a implementar la transición necesaria para reducir sus emisiones y adaptarse a los cambios del sistema climático. Sin embargo, es importante adoptar una perspectiva amplia. No hay que olvidar que la adaptación no es solo un reto para el Sur Global y que el Norte Global tiene aún mucho que hacer como hemos visto en los desastres recientes relacionados con el clima, y eso también requerirá una financiación ingente y un importante cambio social.
Otros aspectos importantes son el acuerdo los mercados de carbono internacionales (que se beneficiarán del acuerdo en el artículo 6.4 sobre estándares, un aspecto clave para que los mercados se desarrollen con la confianza necesaria), la continuidad del papel del clima en la salud humana en la agenda de las conversaciones, las declaraciones para la reducción de las emisiones de metano asociados a los residuos y sobre el papel central del agua en las medidas de adaptación y mitigación, y los avances sobre la implementación del fondo de pérdidas y daños.
Son señales positivas, pero es fundamental recordar que sin una reducción urgente y sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la acción humana se sobrepasarán los umbrales de calentamiento global fijados en el Acuerdo de París. El umbral de 1,5 ºC se sobrepasará con alta probabilidad en la década de 2030 y el de 2 ºC será muy difícil de evitar antes de finales de siglo.