Francisco J. Doblas-Reyes
Profesor ICREA, director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center
Este acuerdo ofrece aspectos positivos, como es la mención a alejarse progresivamente del uso de los combustibles fósiles para la generación de energía de forma ordenada y equitativa, y el incremento tanto de la penetración de las energías renovables como de la eficiencia energética.
Sin embargo, el uso de "transition away" en lugar de "phase out" parece indicar que se acepta la posibilidad de exceder el umbral de 1,5 ºC en los próximo años ya que, para evitar sobrepasarlo, la reducción de las emisiones globales debe ser muy ambiciosa y confiar en la captura de CO2 para estar por debajo de ese umbral de calentamiento a finales de siglo.
La insuficiente ambición en la reducción de emisiones que deja ver el texto del acuerdo (habrá que ver su implementación) y la continuación del calentamiento global en las próximas décadas hacen aún más relevante los esfuerzos de adaptación a unos impactos del cambio climático que ya se están experimentando a escala local y regional. Es especialmente importante que la financiación de la adaptación por parte de los países con capacidad esté acorde a los retos que los países más vulnerables necesitan, porque si no es así, además de las pérdidas humanas y ecosistémicas, las pérdidas económicas corren el riesgo de reducir su capacidad para llevar a cabo una transición ordenada a un sistema energético libre de combustibles fósiles.