Autor/es reacciones

Fabiola Leyton

Profesora lectora en el departamento de Enfermería Fundamental y Clínica de la Universitat de Barcelona y miembro del grupo de investigación  ‘Bioethics, Law and Society: Interdisciplinary analysis of ethical, legal and social issues of biomedicine, biotechnology and emerging technologies’

El informe es correcto y dice mucho sobre la actividad investigadora en España. Las instituciones españolas, sin duda, lideran los compromisos sobre transparencia respecto al uso de animales no humanos en investigación, comunicando datos, números, especies, detalles de los proyectos, información sobre bienestar animal, ‘tres erres’, etc., y ejecutando diversas acciones con el fin de sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de su actividad. Sin embargo, es curioso notar cómo, en esta retórica de la transparencia y el bienestar animal, ‘los animales’ están tanto presentes como ausentes de la misma: presentes en tanto número, estadística, eventualmente nos los muestran mediante una fotografía o un video. Los animales son instrumentos o insumos de los procedimientos científicos, y también ‘activos económicos’ que valorizan la labor investigadora, lo que repercute en ganancias en una sociedad basada en la economía del conocimiento.   

La limitación sería que dicha retórica vacía de un significado más trascendental a los animales, de un significado que le dé relevancia moral. Me explico: las actividades y estadísticas que destaca y que ‘transparenta’ el informe vacían a los animales de una mayor consideración moral y aceptan acríticamente que la investigación es una actividad necesaria porque reporta grandes beneficios a la humanidad. Aquí hay un fallo al no considerar los riesgos y beneficios que la investigación implica, al mismo tiempo, para el animal en que dichos procedimientos se aplican. Los animales usados en investigación, así como la mayoría de otros animales, son seres complejos, sintientes, dotados de las bases neurológicas que dan lugar a la consciencia (ver Declaración de Cambridge, 2012). Muchos animales, incluidos los vertebrados y muchos invertebrados, son conscientes y capaces de experimentar subjetivamente el mundo (ver Declaración de New York, 2024). Pero seguimos tratándoles como herramientas en una sociedad y economía basadas en el prejuicio de especie (especismo). Todo esto es un desafío enorme, porque no basta con tratar bien a los animales para tener buenos resultados de investigación. Se trataría, entre otras cosas, de lograr un balance más equitativo de riesgos y beneficios cuando consideramos al animal como un ser sintiente y consciente, en vez de una herramienta. Un desafío para los comités de ética de investigación con animales, para las formaciones en ética, bioética e integridad en la investigación que reciban los investigadores, entre otros.  

ES