Esteban Ortiz Prado
Profesor e investigador en la Universidad de las Américas (Ecuador) y director del grupo de investigación One Health
Este es un ensayo clínico de fase 2 bien diseñado y prometedor que aborda uno de los grandes desafíos en medicina de las adicciones: la ausencia de tratamientos farmacológicos eficaces para el trastorno por consumo de cocaína. Los autores evaluaron mavoglurant, un antagonista selectivo del receptor mGluR5, que mostró una reducción estadísticamente significativa en el uso de cocaína en comparación con el placebo. Además, se observó una reducción paralela en el consumo de alcohol, lo que podría indicar mecanismos neurobiológicos compartidos entre ambas sustancias.
No obstante, el estudio tiene limitaciones importantes. La muestra fue pequeña, predominantemente compuesta por hombres blancos, y la duración del seguimiento fue corta. Sería fundamental evaluar este fármaco en poblaciones más diversas, incluyendo regiones con alta carga de consumo como América Latina, y considerar otras vías de administración de la droga.
Además, aunque los resultados son alentadores desde el punto de vista clínico, quedan preguntas importantes sin resolver: ¿cuál será el coste del medicamento si finalmente se aprueba?, ¿será accesible para los consumidores que, en su mayoría, pertenecen a grupos vulnerables con pocos recursos?, ¿estarán los gobiernos dispuestos a financiar su uso en sistemas de salud pública si demuestra eficacia a largo plazo? Estas son preguntas clave para la implementación real de esta posible terapia.