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Estanislao Nistal

Profesor titular de Microbiología de la Facultad de Farmacia

En el estudio presentado, se analiza la eficacia de la vacunación contra la gripe en niños de dos a cinco años. Se observa que los niños nacidos en octubre tienden a ser vacunados contra la gripe según los patrones de visitas pediátricas, coincidiendo posiblemente con la administración de otras vacunas. El estudio muestra datos que sugieren que estos niños tienen una mejor protección frente a la gripe que aquellos vacunados en meses anteriores o posteriores. Los investigadores concluyen que la vacunación óptima frente a la gripe debería seguir una recomendación estacional, alineada con la temporada de gripe, y no estar determinada por las visitas regulares para otras vacunas del calendario de vacunación que vienen fijadas a los meses transcurridos tras el nacimiento.  

Las diferentes vacunas del calendario de vacunación estimulan la respuesta inmunitaria humoral, aumentando la producción de anticuerpos y la protección frente a los agentes patógenos específicos de cada vacuna. A excepción de los primeros días después de la vacunación, la magnitud de esta respuesta inmunitaria alcanza niveles más altos cuanto menos tiempo haya pasado desde la vacunación. La vacunación contra la gripe en adultos se basa en la estacionalidad de los virus influenza en humanos. Para lograr una protección óptima, la campaña de vacunación antigripal en el hemisferio norte comienza en algunos países a finales de septiembre y en otros, durante el mes de octubre, antes de que aumente la incidencia. Por lo tanto, vacunarse contra la gripe en octubre trata de maximizar la cantidad de anticuerpos durante los meses siguientes, aunque esta protección disminuye gradualmente con el tiempo. Las olas epidémicas pueden variar de temporada en temporada, pero generalmente pueden comenzar en octubre o retrasarse unas semanas. Los picos de incidencia suelen producirse en los meses de diciembre y enero.  

Lo destacado de este estudio, realizado con datos de Estados Unidos, es que sugiere que la vacunación óptima para mejorar la protección contra la gripe (y posiblemente contra otros virus respiratorios con una epidemiología similar) debería estar guiada por la temporada epidémica, en lugar de basarse en otros parámetros asociados al calendario de vacunación.  Algunas bacterias causantes de las neumonías bacterianas, como por ejemplo el neumococo, también suelen seguir un patrón estacional coincidente con el de la gripe. Es importante recordar que la vacuna contra la gripe también reduce las complicaciones asociadas a las coinfecciones causadas por estas bacterias.  

ES