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Eduard Vieta

Catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Barcelona, jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM)

Se trata de un estudio que explora el conocido fenómeno de la elevación del ánimo asociada a la deprivación de sueño. El estudio es de buena calidad y muestra, en un modelo animal, que los efectos antidepresivos y euforizantes de la deprivación de sueño están mediados por una hiperactividad dopaminérgica en ciertos circuitos cerebrales. Esto significa que ese efecto euforizante a corto plazo se debe a un aumento de la liberación de dopamina, algo que se parece a lo que ocurre en los estados de manía e hipomanía (fases del trastorno bipolar) y que explica por qué esos estados responden a fármacos que bloquean la liberación de dopamina. Del mismo modo, el efecto de la dopamina se parece un poco al que se consigue con el consumo de cocaína, que es un agonista dopaminérgico.  

Una posible explicación es que nuestro organismo esté biológicamente preparado para tener una reacción de aumento de la energía cuando, por algún motivo (por ejemplo, un depredador o una situación estresante) necesita activarse tras una señal de alerta cuando dormimos. La deprivación de sueño no se usa habitualmente para la depresión porque sus efectos antidepresivos son transitorios y el estado de ánimo regresa a su estado previo al volver a dormir, de modo que no se recomienda su uso. Sin embargo, el estudio explica los mecanismos subyacentes a ese efecto y podría abrir la puerta a otros tratamientos. 

ES