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Francisco J. Doblas-Reyes

Profesor ICREA, director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center 

La calidad del informe es excelente, como la de los años anteriores. C3S –el Servicio de Cambio Climático de Copernicus– se ha convertido en una referencia en la monitorización del estado del clima global. Su relevancia para los intereses europeos es inmensa. Es de facto la autoridad a nivel científico, y esperemos también que a nivel de políticas, en cuanto a la dimensión del cambio climático de origen antropogénico, al que se superpone la variabilidad natural del clima. 

El informe confirma lo que se venía anunciando desde hace unos meses: que el año 2024 ha sido el más cálido con respecto a los registros instrumentales existentes y que por primera vez se ha rebasado el umbral de un nivel de calentamiento global de 1,5 ºC (con respecto al periodo 1850-1900) en media anual. Este hecho, que ya se previó a principios de año en los informes anuales del BSC y de la Organización Meteorológica Mundial, sitúa al sistema climático global en una trayectoria en la que la probabilidad de sobrepasar el primer umbral del Acuerdo de París, que es de un calentamiento global de 1,5 ºC a largo plazo, es cada vez más alta. Es de esperar que la tasa de calentamiento no continúe al mismo ritmo en los próximos años. La nueva serie de predicciones decadales que estarán disponibles en febrero nos informarán sobre la probabilidad de que esto ocurra.  

Mientras que el informe pone mucho énfasis en el calentamiento en los océanos globales, que es en parte una continuación de los niveles extraordinarios alcanzados en 2023, el calentamiento sobre gran parte de los continentes es muy llamativo. Dado el interés de lo que está ocurriendo, la comunidad científica está trabajando para identificar las razones físicas, más allá del aumento de la concentración de gases de efecto invernadero, que han producido dos años seguidos con temperaturas tan altas. 

No se sabe aún el ritmo al que seguirá aumentando la temperatura global. Para ello necesitamos las nuevas predicciones decadales y un análisis detallado de los factores (cambios en los aerosoles antropogénicos, volcánicos, biogénicos y minerales, contenido de calor del océano, variabilidad natural en el océano, etc.), que están detrás de lo que ha ocurrido en 2023 y 2024. El BSC está trabajando con C3S y otras instituciones internacionales en ambos sentidos.

ES