Ignacio Jesús Dávila González
Jefe del Servicio de Alergia en el Hospital Universitario de Salamanca, catedrático en la facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca y presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica
Los estudios me parecen de muy buena calidad, muy bien planteados y desarrollados.
El tema principal es que la memoria del sistema inmunitario para la producción de inmunoglobulina E (IgE) no es bien conocida y se ha centrado en las células plasmáticas, muchas de ellas de vida corta; sin embargo, la producción de IgE específica dirigida frente a un alérgeno puede mantenerse durante periodos prolongados de tiempo, una vez que se ha producido la sensibilización. En estos dos estudios se describe una población de células B de memoria de tipo 2, que expresan IgG, pero también el receptor de baja afinidad para IgE, FcεRII o CD23, el receptor de IL-4 y el gen de la cadena pesada de la IgE.
Lo importante son dos aspectos:
-
Estas células parecen ser capaces de contribuir a la producción de IgE específica (por ejemplo, frente a Ara h 2 [el principal alérgeno del cacahuete] en el caso del primer estudio) al diferenciarse a células plasmáticas, lo que podría explicar el mantenimiento de niveles muy elevados de IgE específica frente a Ara h 2 en algunos pacientes.
-
Parece que la administración de inmunoterapia sublingual puede dar lugar a un incremento de este tipo de células ya al mes de tratamiento, que, además, pueden cambiar a la producción de IgG1 o de IgG4 específica del alérgeno. Es bien conocido que esta última se incrementa con la inmunoterapia con alérgenos.
Finalmente, estas células B de memoria de tipo 2 expresan la cadena alfa del receptor de la IL4 y la cadena alfa 1 del receptor de IL13. El bloqueo de estos receptores podría ser un tratamiento interesante de cara a la inducción de tolerancia frente a alérgenos. De hecho, el dupilumab, un anticuerpo monoclonal dirigido contra la cadena alfa del receptor de la IL4 y que bloquea la transmisión de señales de la IL4 y la IL3 ha demostrado reducir los niveles de IgE total y de IgE específica y podría conducir a la aparición de tolerancia.
En cuanto a las limitaciones, se trata de datos iniciales que requieren confirmación ulterior.