Autor/es reacciones

Christopher Chiu

Catedrático de Enfermedades Infecciosas del Imperial College de Londres

Si bien es cierto que debe darse la máxima prioridad a la seguridad de las nuevas vacunas, la respuesta a este análisis de BMJ News debe ser comedida. Aunque las vacunas contra el VRS de Pfizer y GSK se basan en tecnologías similares, no son iguales, y los ensayos clínicos se realizaron en momentos distintos y en poblaciones diferentes. Por lo tanto, no debe asumirse que los problemas con una equivalen automáticamente a los mismos problemas con la otra. Hasta que se disponga de información más clara sobre los posibles efectos de confusión, por ejemplo, de la utilización de otras vacunas por parte de las mujeres en el estudio de GSK, sigue siendo posible que la señal de seguridad no se debiera a la vacuna en sí, sino a otros factores no controlados. 

El VRS es un importante problema mundial en los recién nacidos y, para maximizar la prevención, es importante que la vacunación materna segura esté disponible como estrategia alternativa a la administración directa de inyecciones de anticuerpos a los bebés. No obstante, estoy totalmente de acuerdo en que será esencial que se lleve a cabo un estrecho seguimiento si la vacuna de Pfizer se aprueba y es adoptada por un mayor número de mujeres embarazadas del que se pudo evaluar en los ensayos.

ES