Christian Gortázar
Catedrático de Sanidad Animal en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y responsable del Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) de la Universidad de Castilla-La Mancha
¿Qué implicaciones tiene que se hayan confirmado estos dos casos?
“Lo primero es que perdemos como país el estatus de país libre de peste porcina africana y eso es un tema muy serio porque tenemos una industria porcina extremadamente importante que, entre otras cosas, genera del orden de 300.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos, muchos de ellos en el medio rural, con lo cual, el impacto económico potencial es elevadísimo. A partir de ahí, habrá que ver cómo podemos manejar el asunto para que el impacto social, económico, ecológico, etcétera, sea el menor posible”.
¿Se puede extender a otras especies?
“La peste porcina africana solamente afecta a suidos, es decir, en España solamente van a verse afectados jabalíes y, eventualmente, cerdos domésticos. Evidentemente, la situación es distinta si se mantiene solamente en jabalíes, que si, además, salta al compartimento doméstico. Imagino que ahora los servicios veterinarios regionales visitarán todas las granjas de la zona afectada y de la zona de riesgo y asegurarán la no entrada de la enfermedad.
Se reforzará también la bioseguridad en las granjas de porcino y confiemos en que tengamos la suerte que tuvo, por ejemplo, Suecia, de que no hubiese un salto al porcino doméstico”.
¿Hay riesgo para los humanos?
“No hay ningún riesgo para las personas. Solo afecta a porcinos”.
¿Qué precauciones se tienen que tomar?
“Lo principal ahora mismo es tomar muchas precauciones en el sector porcino doméstico, es decir, reforzar lo más posible la bioseguridad de las explotaciones. Dentro de las distintas medidas de bioseguridad que existen la más eficaz frente al problema de peste porcina africana es el vallado, idealmente, dobles vallados o vallados reforzados con muros que estén cementados, es decir, que realmente sean impermeables al jabalí.
A partir de ahí, en la población de jabalíes habrá que intervenir también y son tres las intervenciones necesarias cuando acaba de producirse un brote en la zona afectada, que ahora mismo es todavía muy pequeña. Por un lado, hacer un esfuerzo grande de recogida y eliminación de los cadáveres. Hay que eliminar esos cadáveres cuanto antes. La segunda cuestión es reducir la población de jabalíes en la zona, no tanto en la zona infectada porque esa se va a reducir por efecto del virus, sino en las zonas de alrededor, de forma que evitemos en la medida de la posible tener un terreno fértil para la propagación del virus.
En tercer lugar, hay que vallar la zona infectada o hay que poner vallados en lugares estratégicos, en corredores ecológicos estratégicos, que puedan facilitar el movimiento de jabalíes desde zonas infectadas hasta zonas no infectadas. Paralelamente, por supuesto, hay que limitar mucho los movimientos de personas en la zona infectada y ahora mismo cualquier actividad que se produzca en el bosque, no solo la caza, sino incluso la recolección de setas o el senderismo pueden interferir porque pueden causar el movimiento de jabalíes que ahora mismo es muy poco deseable”.
¿Hay motivos para alarmarse?
“No creo que debamos alarmarnos todavía. La cuestión es que se han encontrado un par de jabalíes en una zona relativamente pequeña, una mancha que además está más o menos bien definida. Vamos a ver si todos los casos sucesivos se producen en esa misma zona, en esa misma mancha; será una buena señal.
En el momento en que los casos se extiendan a muchas otras zonas o a una zona geográfica más amplia es cuando debemos preocuparnos un poco más. Pero contamos con unos servicios veterinarios oficiales muy bien entrenados para estos supuestos, que conocen perfectamente cómo se gestionan las medidas para el control de la peste porcina y vamos a confiar en que, independientemente de que el problema se pueda extender un poquito geográficamente, vamos a confiar en que no se extienda en exceso y, por tanto, siga siendo posible abordarlo como un caso de brote puntual y no como un frente epidémico”.