Carlos M. Duarte
Director Ejecutivo de la Plataforma Mundial de Aceleración de la I+D en Arrecifes Coralinos y titular de la cátedra de investigación Tarek Ahmed Juffali en ecología del Mar Rojo en la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología (KAUST) de Arabia Saudí
Las anomalías térmicas en los polos son una señal clara de las disrupciones del sistema climático debido a las emisiones de combustibles fósiles. El evento de estos días sube a nivel de alarma la preocupación, pues hasta ahora se habían registrado anomalías térmicas en el Ártico, pero no así en la Antártida, y nunca en ambos polos a la vez.
La consecuencia de desestabilizar el clima en las zonas polares puede ser un efecto dominó de cambios a nivel planetario que genere un cambio climático abrupto, pues estas zonas juegan un papel crítico en la regulación del sistema climático global, así como el del nivel del mar. Nuestros modelos climáticos no tienen la capacidad de anticipar puntos sin retorno que pudieran desencadenar un efecto dominó de cambios globales, pero estas señales claramente alertan de la proximidad de estos puntos de ruptura del sistema climático.
No es buena noticia, particularmente en un contexto en el que la transición energética está también amenazada con la guerra en el este de Europa.