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Carlos Astrain Massa

Director del Área Bosques y Agrosistemas de la empresa pública del Gobierno de Navarra ‘OREKAN Gestión Ambiental de Navarra’

El trabajo que los autores elaboran y que se nos presenta en este artículo responde a un importante tratamiento a nivel mundial de datos de producciones agrícolas y ganaderas, así como de mano obra implicada sobre los distintos ámbitos del sector primario bajo la perspectiva modelizada por la asunción a futuro por la población humana mundial de diversas dietas alimenticias más saludables y sostenibles. Todo ello bajo las premisas establecidas por los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) en cuanto a escenarios de mitigación del cambio climático. 

El trabajo desarrollado está muy bien sustentado sobre un importante número de países analizados, de sectores económicos productivos implicados y de variabilidad de las dietas exploradas. Sobre estas bases, se puede afirmar que el trabajo es consistente, bien argumentado y con unos resultados fiables sobre la base de las hipótesis y cálculos establecidos.  

Efectivamente, los cambios que se esperarían en la mano de obra necesaria para mantener las dietas deseables y sostenibles ambientalmente a nivel global son acordes con resultados de estudios elaborados en ámbitos menores, incluso con resultados y recomendaciones ya a nuestro nivel local en diversos informes por la propia Unión Europa. Sobra, en nuestra dieta como países de altos ingresos, proteína animal y debe reforzarse la proteína vegetal, o en consecuencia según expone el artículo en cuestión, y dicho de una manera muy simplista, debería producirse un traslado de la fuerza laboral productiva de la ganadería hacia la producción vegetal, e incluso hacia la desaparición de parte de esta. Por todo, ello el articulo sugiere plantear políticas que vayan avanzando en los retos que este teórico futuro cercano nos va a plantear.  

Pero afortunadamente o desafortunadamente, según se mire, la población humana no responde mayormente de forma tan automática como si lo hacen los modelos. Y no lo hace porque interfieren muchas otras cuestiones aparentemente simples que interrelacionadas entre sí alteran los resultados inicialmente esperados. Otros aspectos económicos a los incluidos en el artículo, además de otras cuestiones culturales y sociales intrínsecas a cada ámbito geográfico del planeta, así como la adopción de otras medidas políticas simultáneas aplicadas en otros ámbitos, pueden hacer replantearse el escenario planteado. 

Un ejemplo evidente puede ser la reducción por debajo del 5 % de los trabajadores que actualmente trabajan en el sector primario en Europa, como establece el modelo; nos llevaría a una pérdida de la soberanía alimentaria a todo el continente, colocándonos a merced de las importaciones de terceros en una cuestión vital como es la alimentación de la población. Y todo ello en una situación actual geopolítica de total incertidumbre en la que se están redefiniendo alianzas estratégicas bajo nuevas perspectivas proteccionistas. Véase la cláusula introducida por el gobierno de Estados Unidos en su reciente acuerdo comercial con China de compra de cantidades ingentes de soja que altera todo que teóricamente estaría establecido. 

E igualmente podríamos introducirnos en las posibles derivas migratorias de personas de los países categorizados como de ingresos bajos hacia los de altos ingresos antes de permanecer como fuerza laboral necesaria en sus propios países para la estimulación productiva de proteína animal y vegetal que los modelos establecen para los países de ingresos bajos. Y ni que decir tiene la situación de debilidad en la que se encuentra la Agenda Global contra el Cambio Climático establecida por Naciones Unidas de cara a poder continuar con el cumplimiento de sus objetivos. 

Por todo ello, a pesar de la fortaleza del trabajo realizado por los autores del artículo y de sus correctas conclusiones sobre los resultados que obtienen, estas pueden quedarse muy lejos de lo que la escena geopolítica global actual en la que estamos inmersos acabe estableciendo; esperemos, siempre en favor del bien del conjunto de la humanidad. 

ES