Marina Pollán
Directora del Centro Nacional de Epidemiología, centro propio del Instituto de Salud Carlos III
El estudio utiliza los datos de mortalidad aportados por los países a la base de datos de la OMS hasta 2018. Los modelos utilizados son adecuados, aunque no es un trabajo de gran originalidad. Lo que muestran respecto al cáncer de pulmón es un fenómeno conocido y fácilmente visible aquí en España en el servidor de mortalidad interactivo del Centro Nacional de Epidemiología, ARIADNA.
Me imagino que, como ocurre en nuestro país, en el resto de países incluidos en el estudio existen datos más actuales (aquí tenemos información real de mortalidad hasta el año 2021) con los que las predicciones tendrían menor margen de error. Los modelos de predicción son más imprecisos cuanto más los prolongas hacia delante en el tiempo, aquí los han prolongado cinco años y en algunos de los países más, como es el caso de Italia y Francia.
El valor del estudio es poner de manifiesto la reducción de mortalidad para la mayor parte de las localizaciones tumorales, traduciéndolo además en número de muertes en los principales países de la Unión Europea y Reino Unido. La mortalidad es un indicador complejo, porque depende de la frecuencia de la enfermedad —principal causa del incremento de mortalidad por cáncer de pulmón, asociado a la epidemia de tabaquismo en mujeres, que se ha producido mucho más tarde que en los hombres—, pero también del efecto de las mejoras en el diagnóstico precoz y en el tratamiento. Por ello, de forma global, el artículo muestra el éxito en la lucha contra estos tumores en distintos frentes y es una llamada de atención hacia los dos tumores cuya mortalidad aumenta en mujeres [pulmón y páncreas].
Aunque los avances en diagnóstico precoz y mejores tratamientos puedan ayudar en el cáncer de pulmón, la lucha contra este tumor, primera causa de muerte por cáncer en todo el mundo requiere, sobre todo, reforzar los esfuerzos para eliminar el consumo de tabaco, medida que ayudaría también a disminuir la incidencia de cáncer de páncreas y de otros tumores y otras enfermedades crónicas muy prevalentes. El incremento de mortalidad por cáncer de páncreas podría en parte reflejar mejoras en la capacidad diagnóstica. Se trata del tumor con mayor letalidad para el que, como los autores reconocen, todavía queda camino por recorrer para mejorar el diagnóstico precoz y el tratamiento.