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Víctor Briz

Científico Titular en el Instituto de Salud Carlos III, en el área de Toxicología Ambiental del Centro Nacional de Sanidad Ambiental

En este estudio, los autores observan una asociación positiva entre la exposición prenatal a determinados contaminantes atmosféricos (aniones sulfato y amonio) y el riesgo de sufrir trastornos del espectro autista (TEA). El estudio analiza más de dos millones de nacimientos en la región de Ontario (Canadá) entre los años 2002 y 2022.  

Aunque había evidencias epidemiológicas previas sobre la relación entre la contaminación del aire y el TEA, este supone el mayor estudio realizado hasta la fecha, cubriendo, además, un largo periodo de tiempo. Por tanto, la importancia y trascendencia de este estudio son no solo el enorme tamaño de la muestra poblacional analizada, sino que analiza de manera individual el efecto de componentes químicos individuales y de periodos concretos durante el embarazo y la infancia temprana, estableciendo los dos últimos trimestres de gestación como los de mayor susceptibilidad y riesgo a dichos contaminantes. Además, observan también una asociación positiva entre la exposición posnatal a ozono y un mayor riesgo de TEA.  

El estudio tiene varias limitaciones:  

  1. Las estimaciones de exposición se asignaron a los códigos postales residenciales, por ello es posible que no capten completamente la variabilidad a nivel individual, especialmente en zonas rurales. Tampoco tuvieron en cuenta los patrones de actividad temporal, la movilidad diaria, la actividad física materna, la vivienda ni la filtración de aire, los cuales pueden influir en la exposición personal. 
  2. El estudio no aporta datos sobre los mecanismos de acción de los contaminantes que expliquen su asociación con el TEA, basándose en escasos estudios previos. 
  3. No se tuvieron en cuenta las posibles interacciones entre los contaminantes del aire o factores como la raza, la etnia, el estilo de vida, el acceso diferencial a la atención médica y los patrones de comportamiento, los cuales pueden afectar a las asociaciones entre la exposición prenatal a contaminantes y el riesgo de TEA. Serían útiles estudios adicionales con datos más detallados a nivel individual para aclarar los patrones observados. 
ES