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Aurelio Juste Rozas

Investigador ICREA en el Instituto de Física de Altas Energías (IFAE) que estudia colisiones protón-protón en el experimento ATLAS del LHC

El descubrimiento en el 2012 del bosón de Higgs, el último ingrediente del modelo estándar y responsable de la masa de las partículas elementales es, sin duda, uno de los hallazgos más importantes de la física de partículas. No sólo representa un hito teórico y experimental alcanzado tras 50 años de búsqueda intensa, requiriendo el diseño y construcción del LHC, el mayor proyecto científico y tecnológico de todos los tiempos. El bosón de Higgs es una partícula como no hay otra en el modelo estándar, cuyo estudio detallado esperamos nos permita dar respuesta a algunas de las preguntas más acuciantes acerca de cómo funciona la naturaleza a su nivel más fundamental.

Durante la última década, la precisión alcanzada en el LHC en las medidas de procesos del modelo estándar, incluyendo el bosón de Higgs, así como la ambición y creatividad en la búsqueda directa de nueva física, están permitiendo grandes avances ­y quizás ya se vislumbren las primeras grietas en el reluciente edificio del modelo estándar. Con dos décadas de funcionamiento por delante, el LHC no ha dicho aún su última palabra y nuevos descubrimientos revolucionarios pueden estar aguardando.
Sin embargo, a pesar de su potencial, el LHC tiene sus limitaciones. Para poder seguir penetrando los misterios del universo, nuevos aceleradores, capaces de alcanzar una precisión y energía sin precedentes, están siendo diseñados.

ES