Este nuevo informe de la IPBES sobre especies exóticas invasoras proporciona información crucial sobre las tendencias de las especies invasoras y las herramientas políticas para enfrentar este problema global. Aunque los objetivos son ambiciosos —especialmente considerando el aumento del comercio y los viajes a nivel global—, tiene un gran potencial para ser un catalizador para la implementación de acciones concretas contra las especies invasoras, las cuales representan una creciente y grave amenaza para la biodiversidad, además de para la salud humana en muchos casos. A pesar de que la crisis de la biodiversidad no es tan conocida por el público general como la crisis climática, estamos delante de otro de los importantes motores de cambio a nivel global cuyos efectos adversos en el medio ambiente y en las personas continúan expandiéndose. Aunque todos los ecosistemas del planeta son vulnerables a las invasiones, las islas lo son especialmente. De las extinciones documentadas hasta la fecha en todo el mundo, casi un 80 % han tenido lugar en las islas, y la gran mayoría de dichas extinciones han sido causadas por especies invasoras. Es realmente urgente abordar el problema de las especies exóticas invasoras y, por tanto, este informe es muy relevante y pertinente en este momento. 

La base científica sólida que aporta el informe puede ayudar a los países y a las partes interesadas a entender y combatir la amenaza de las especies invasoras en constante crecimiento. Proporciona herramientas y políticas para identificar y regular las vías de introducción, así como para eliminar o controlar las especies invasoras ya establecidas. 

Tanto a nivel internacional entre distintos países como a nivel nacional, el enfoque que debería tomarse para combatir el problema de las especies invasoras, y para generar beneficios significativos al entorno natural y a la sociedad en general, tiene que englobar diversos sectores relacionados con la bioseguridad, como el comercio, el transporte, la salud humana y vegetal, el desarrollo económico, y otros campos afines. 

Dicho enfoque debe ser personalizado y completo y adaptarse a cada situación en particular. El informe incluye unas opciones factibles y muy acertadas, en mi opinión: la consideración de políticas coherentes y códigos de conducta en diferentes sectores y escalas; compromiso y asignación de recursos; concienciación pública y participación a través de campañas de divulgación científica ciudadana, como las que promueven verificar, limpiar y secar; sistemas de información abiertos e interoperables; abordar lagunas de conocimiento (los autores identifican más de 40 áreas que requieren investigación); así como una gobernanza inclusiva y justa. 

Sería importante que los responsables de tomar decisiones consideraran las recomendaciones de este informe como la base fundamental para abordar esta creciente amenaza tanto para la biodiversidad como para el bienestar humano. Su compromiso y acción son esenciales para avanzar hacia la realización de los objetivos establecidos en el Marco Mundial Kunming-Montreal para la Diversidad Biológica en el año 2030.

ES