Anna Cabré
Científica del clima asociada a la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos)
El Mediterráneo es un punto caliente (hotspot) del cambio climático porque se está calentando más rápido que la media global pero, sobre todo, porque la región está muy expuesta y es muy vulnerable a los efectos del cambio climático.
No estamos preparados ni adaptados para lo que está ocurriendo en eventos extremos y mucho menos para lo que viene y este estudio lo describe en números. Por ejemplo, el evento de lluvia extrema en Libia ocurriría una vez cada 300-600 años en el clima de ahora. Es decir, es muy improbable. Sin embargo, este evento es ahora 50 veces más probable que sin cambio climático. Es decir, improbable pero ya no tanto como antes.
Hay que adaptarse para eventos poco probables, pero de alto riesgo y para eso se necesitan más estudios así, para poder adaptarse sabiendo a qué nivel de riesgo estamos expuestos. Esto nos permite diseñar infraestructura (en este caso presas) que aguante eventos más extremos que los de antes, y tener vías de escape planificadas en el caso de que el evento sobrepase la capacidad de la infraestructura.