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Anna Cabré

Científica del clima asociada a la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos)

El Niño ya ha llegado y esto, añadido a la crisis climática, quiere decir que el mundo va a experimentar nuevos récords de temperatura y de extremos meteorológicos, con impactos en salud (por ejemplo, brotes de malaria o calor extremo sobre todo peligroso para agricultores y trabajadores al aire libre), ecosistemas (como los corales), infraestructura (redes energéticas al límite), seguridad alimentaria (colapso de cosechas afectando sobre todo al pequeño agricultor), conflicto (los episodios de calor intenso están íntimamente relacionados con distintos tipos de violencia), entre otros.

El mundo globalizado no está preparado para lidiar con estas temperaturas y los que sufren más son las personas más vulnerables. Hay que cooperar para garantizar respuestas inmediatas a las crisis que se generen, pero también entender que reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero es urgente y que hay que preparar una adaptación que sea duradera y a largo plazo que tenga en cuenta los riesgos globalizados y transfronterizos.   

ES