Ángel Hernández Merino
Pediatra y colaborador del Comité Asesor de Vacunas, de la Asociación Española de Pediatría y de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria
Desde distintas fuentes se viene advirtiendo de un repunte del sarampión en los últimos meses. En Europa así está siendo, en particular en Reino Unido, donde han confirmado 650 casos desde el 1 de octubre de 2023 al final de febrero de 2024, y un monto de 183 nuevos casos en febrero.
Es lógico observar el mismo fenómeno en España, dada la extraordinaria contagiosidad del sarampión y la elevadísima movilidad e interconexiones de las poblaciones en Europa. En 2020, con la emergencia de la pandemia, los casos de sarampión se redujeron hasta casi desaparecer (ver imagen aquí, donde se observa que desde marzo de ese año cesaron los casos nuevos). Se han mantenido en cifras muy bajas en 2021 a 2023. Y, ahora, en estas primeras semanas de 2024, se empieza a notar el aumento de casos.
Las cifras observadas en España son, aún, moderadas, pero, con seguridad irán a más, como en otros países.
En España se dan dos circunstancias, a considerar:
- La circunstancia favorable es que las coberturas vacunales son, en general, buenas, aunque mejorables (ver aquí). Hablando de la coberturas con dos dosis, globalmente del 93,9 %, por debajo del objetivo (95 %), con Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Com. Valenciana, Murcia y Navarra por encima del objetivo mencionado. Y por debajo del 90 % (alto riesgo) están: Castilla-La Mancha, País Vasco, La Rioja, Ceuta y Melilla (Canarias y Extremadura solo unas décimas por encima de esta cifra). La cifra del País Vasco de solo el 88% es extraordinariamente preocupante. Por su parte, Baleares no aporta datos.
- Estas cifras de coberturas -buenas, pero no tanto- tienen, al menos, dos debilidades, además: una, la demora en el registro del cumplimiento de la vacunación, en general de 1-2 años, por lo que nos está mostrando una realidad ya "antigua", una foto de hace 1-2 años, y desconocemos la realidad actual; y dos, las cifras con referencia geográfica de comunidad autónoma, tapa la posible (real, según numerosos estudios) variabilidad de coberturas en ámbitos y colectivos de menor tamaño, es decir, no deja ver las bolsas de infravacunación existentes.
Finalmente es relevante, asimismo, mencionar que se podrían estar escapando diagnósticos de sarampión. Es decir que puede haber más casos que los identificados. En el informe del ISCIII de 2022 se dice que, en nuestro medio, los indicadores de calidad de la vigilancia del sarampión no son buenos en algunos de ellos: en 2022 se alcanzan los objetivos propuestos con la excepción de la tasa de casos descartados; el objetivo propuesto por la OMS-Europa es de ≥2 por 100.000 habitantes, y el resultado logrado en España en 2022 ha sido de sólo 0,4 casos descartados por 100.000 habitantes (Informe ISCIII, 2022). Como este mismo informe indica, falla la sensibilidad del sistema de identificación y notificación de los casos sospechosos (responsabilidad básicamente de los servicios clínicos del SNS), siendo correcta la gestión posterior de los casos sospechosos una vez que llegan a los servicios de epidemiología.
Como conclusión, se puede decir que probablemente asistiremos a un aumento de casos de sarampión y que tenemos por delante los retos de: 1) mejorar y mantener las coberturas vacunales y su monitorización; y 2) mejorar la capacidad de reconocimiento de los casos de sarampión en el sistema sanitario .