Andrew Watterson
Investigador en Salud pública de la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Stirling, Escocia (Reino Unido)
Las dos decisiones tomadas por la IARC sobre el acrilonitrilo (ACN) y el talco se basan en un cuidadoso examen de las pruebas, y ambas son, por tanto, decisiones basadas en evidencia que deberían informar a las políticas y a los controles en los lugares de trabajo. Los consumidores y los trabajadores deberían tener acceso a la información de la IARC para ayudarles a tomar sus propias decisiones sobre qué utilizar cuando haya opciones disponibles.
Estas decisiones significan que necesitamos una buena política preventiva y cautelar para eliminar la exposición al talco, si es posible, pero puede ser más difícil de conseguir que con el ACN.
En cuanto al acrilonitrilo, está claro que, o bien existen materiales alternativos para muchos de sus usos actuales, o bien la necesidad de su uso no es crítica en primer lugar. Este es el caso de su uso en diversas fibras. La aplicación de una estrategia de reducción del uso de tóxicos, evitando el riesgo de sustituciones desafortunadas [regrettable substitutes en inglés], debería proporcionar alternativas menos peligrosas al ACN. Su uso en plásticos es ahora aún más cuestionable cuando, a nivel mundial y dentro de Europa, las políticas abogan por grandes recortes en el uso de plásticos relacionados con mayores riesgos para el medio ambiente y la salud. Las sugerencias de que no existen alternativas al ACN no resisten el escrutinio en muchos casos. Debería mejorarse la protección de los trabajadores con normas de exposición al ACN aún más estrictas y deberían volver a destacarse los riesgos del ACN para los fumadores.