Álvaro De La Puente Gil
Profesor del Área de Ingeniería Eléctrica de la EST de Ingenieros de Minas de la Universidad de León
¿Cómo se explica que haya ocurrido algo así?
“Un ‘cero absoluto’ es una situación extremadamente grave en la que la red eléctrica pierde completamente la tensión, es decir, todo el sistema se apaga. Es como si se pulsara un interruptor que desconecta de golpe todo el suministro eléctrico. Este apagón generalizado en la península ibérica ocurrió porque, en apenas cinco segundos, se perdió más de la mitad de la capacidad de generación eléctrica. El sistema, al no poder equilibrar esa caída tan brusca entre la generación y la demanda, se protegió desconectándose automáticamente tanto a nivel interno como del resto de la red europea. Es una medida de autoprotección que, paradójicamente, implica un corte total”.
¿Era poco probable que pasara?
“Sí, este tipo de evento se considera altamente improbable. La red eléctrica española cuenta con múltiples mecanismos de seguridad y protocolos que actúan de forma automática para evitar precisamente este tipo de colapsos. Sin embargo, la rapidez y magnitud de la pérdida de generación que ocurrió hoy superó los márgenes de maniobra habituales. Incluso expertos del propio operador del sistema (Red Eléctrica) habían descartado en el pasado que pudiera producirse un ‘cero absoluto’ en la península. Esto demuestra que, aunque el sistema está preparado para muchas contingencias, no es infalible”.
¿Por qué ha pasado en la península? ¿Es una región más vulnerable en Europa?
“La península ibérica tiene una posición peculiar en el sistema eléctrico europeo porque está poco conectada con el resto del continente. Sus interconexiones eléctricas son limitadas, por lo que, en la práctica, funciona casi como una isla energética. Eso la hace más vulnerable a perturbaciones internas: si ocurre un fallo importante dentro del sistema peninsular, no puede recibir suficiente ayuda externa para estabilizarse. Además, en los últimos años se ha incrementado mucho la presencia de energías renovables, como la solar y la eólica, que son variables y dependen del clima. Esto puede hacer que el sistema sea más difícil de controlar en tiempo real, si no se cuenta con suficiente respaldo o almacenamiento”.
¿Puede volver a pasar en los próximos días? ¿Y a medio plazo?
“En los próximos días es poco probable que vuelva a ocurrir un apagón de la misma magnitud, especialmente porque ahora el sistema estará en máxima alerta. A corto plazo, el operador tomará medidas preventivas muy estrictas. No obstante, a medio plazo, si no se entienden bien las causas exactas y no se corrigen los posibles fallos estructurales, el riesgo no desaparece por completo. Es fundamental investigar a fondo qué originó la pérdida tan rápida de generación para poder evitar que se repita”.
¿Qué tiene que cambiar para que no vuelva a suceder?
“Hay varias líneas de mejora clave. La más importante es aumentar las interconexiones eléctricas con Francia y otros países europeos, para que la península deje de estar tan aislada. También se necesita mejorar la flexibilidad del sistema eléctrico, incorporando más almacenamiento (como baterías o sistemas de bombeo hidráulico) que puedan compensar la variabilidad de las renovables. Además, habría que reforzar los sistemas de control y predicción, y realizar simulacros más exigentes que contemplen escenarios extremos como el que se vivió hoy. Todo esto requiere inversión, planificación y una estrategia clara de transición energética segura”.