Alicia Pérez-Porro
Bióloga marina, responsable de interacción política y relaciones institucionales en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) presente en Belém (Brasil)
A grandes rasgos es difícil no valorar positivamente el texto final de la COP28 si nos basamos exclusivamente en las expectativas que la mayoría de nosotros teníamos de un acuerdo salido de una COP en un petroestado cuyo presidente, el Dr. Sultan Al Jaber, no solo es el chair de la Abu Dhabi National Oil Company, sino que además ha negado públicamente la ciencia detrás de las demandas de eliminación gradual de los combustibles fósiles. Pero, como estamos hablando de un instrumento diplomático, el valor está en los detalles.
El acuerdo de la COP28 no permitirá que el mundo mantenga el límite de 1,5 °C porque los países presentes en COP28 han acordado abandonar los combustibles fósiles (las palabras exactas en el texto final son “transition away”), pero no se comprometen a una eliminación total (lo que se pedía desde las instituciones científicas, el activismo climático y los países más afectados por la emergencia climática era “phase out”). El lado positivo es que el resultado es un momento significativo para la acción climática global porque este acuerdo logra dejar claro a todas las instituciones financieras, empresas y sociedades que finalmente nos encontramos –con ocho años de retraso respecto a lo establecido en París– en el verdadero “principio del fin” de la economía mundial impulsada por los combustibles fósiles.
Siguiendo con la lectura positiva, y viendo más allá del texto final porque las COP son mucho más que eso, en el Día de la Naturaleza, el Uso de la Tierra y los Océanos de COP28 (el 9 de diciembre), 18 países —entre ellos España— respaldaron la Declaración Conjunta de la COP28 sobre el Clima, la Naturaleza y las Personas (Joint Statement on Climate, Nature, and People), impulsada por la presidencia de COP28 de la CMCCNU (Convención Marco del Cambio Climático de Naciones Unidas) y la presidencia de COP15 de la CDB (Convención de la Diversidad Biológica de Naciones Unidas), uniéndose por la naturaleza y colocándola en el centro de la acción climática. Dicha declaración conjunta representa una nueva visión para alinear las agendas de las políticas del clima y de la biodiversidad y estipula que las naciones deben alinearse tanto a nivel nacional como internacional en torno al Acuerdo de París y al Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal. La ambición colectiva expresada en la declaración conjunta tiene como objetivo fomentar y apoyar la implementación de sus respectivos instrumentos nacionales: NDC, Planes Nacionales de Adaptación (PAN), Estrategias de Largo Plazo (LTS) para el clima y Estrategias y Planes de Acción Nacionales en materia de Biodiversidad (EPANB) para la biodiversidad.
Otro resultado positivo ha sido la Declaración de Líderes sobre el Sistema Alimentario, un compromiso global que debe materializarse a nivel regional y local. Los 134 países que producen el 75 % de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los alimentos —que representan un 30% de las emisiones totales— y consumen el 70 % de todos los alimentos a nivel mundial, han acordado transformar los sistemas alimentarios en beneficio del clima, la naturaleza y las personas. Los países firmantes deben colaborar y alinear los compromisos climáticos con los objetivos de proteger y restaurar la naturaleza, y para ello se han comprometido a incluir enfoques de sistemas alimentarios en sus NDCs actualizados, sus PAN, así como en sus EPANB. De este modo, la declaración establece un marco para una acción climática y ambiental transformadora basada en la alimentación.
Es verdad que es decepcionante ver cómo un número muy pequeño de países han podido anteponer los intereses nacionales a corto plazo al futuro de las personas y la naturaleza; sin embargo, pensemos en estas COP como en una serie. COP28 ha sido solo un capítulo, la serie no se ha acabado y hay muchas tramas entrelazadas que van avanzando a diferentes velocidades, pero avanzando a fin de cuentas.