África González-Fernández
Catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo, investigadora del Instituto de investigación Galicia sur (IIS-GS) y académica de la RAFG
Me parece interesante. Es cierto que los autores ya habían publicado previamente un trabajo con 50 pacientes y ahora lo incrementan a 62 y se extiende el tiempo de estudio. Ellos ya habían demostrado la eficacia de la terapia génica.
El déficit de la enzima aminodeaminasa (ADA) condiciona una inmunodeficiencia combinada severa, afectando tanto a los linfocitos T como B. Esto es por el acúmulo tóxico de unos compuestos que deberían ser modificados por esta enzima, y que al estar ausente o defectuosa no puede realizar su función.
Los niños con este defecto son ‘niños burbuja’, ya que solo pueden sobrevivir en espacios estériles, y suelen morir de infecciones a temprana edad.
La solución a su problema es muy compleja:
- Trasplante de médula ósea de una persona sana. En este caso, la idea es administrar células que lleven el gen correcto. Es un procedimiento que conlleva riesgos, necesita un tratamiento inmunosupresor, hay riesgo de infecciones, así como posibilidad de tener un rechazo injerto contra huésped, al ser un trasplante de otro individuo (alogénico).
- Administrar el enzima ADA de forma continua. No es siempre es eficaz y no se alcanzan los niveles adecuados para tener un sistema inmunitario completamente eficaz.
- Mediante el uso de virus modificados, introducir el gen que codifica para esa proteína. Se emplean las células del propio paciente, se modifican ex vivo y se vuelven a reintroducir. Esto es lo que han llevado a cabo estos autores.
Se lleva intentando la terapia génica desde hace muchos años, inicialmente con adenovirus o híbridos lenti-adenovirus, pero se vieron algunos problemas, como casos de leucemias por haberse integrado en el ADN activando oncogenes.
Estos investigadores han desarrollado una terapia génica con un vector lentiviral autoinactivable, que contiene un promotor de factor de elongación acortado que dirige la expresión del transgén ADA.
Han llevado a cabo la terapia génica en 62 pacientes, con un seguimiento largo (algunos más de siete años), encontrando una buena aceptación del tratamiento, y no se han detectado efectos secundarios graves, ni tampoco desarrollo de leucemias.
Se ha analizado de forma sistemática las copias del vector, su mantenimiento a lo largo del tiempo, la reconstitución inmunitaria, efectos secundarios. Es un trabajo muy completo.
Las implicaciones que pueden tener es que pueda emplearse este tipo de vector viral para esta terapia génica del déficit de ADA, y para otras en el futuro. Al tener pocos efectos secundarios y que no se haya detectado la presencia de leucemias parece una terapia bastante segura, comparada con las otras previas con adenovirus o con gamma lentivirus.
[En cuanto a posibles limitaciones] Han estudiado dos cohortes, una en EEUU y otra en Inglaterra, lo que incrementa la robustez del estudio, al haberse realizado en dos localizaciones. También hay diferencias con respecto a las células empleadas de partida, siendo de médula ósea la cohorte americana y de células madre de sangre periférica la mayoría de la cohorte inglesa. Sin embargo, no se observan diferencias importantes entre ambas cohortes.
Colaborando con otros grupos, hubiera sido deseable tener una comparativa directa con pacientes que han recibido otro tipo de terapia génica y comparar a largo plazo los efectos secundarios, mantenimiento y reconstitución del sistema inmunitario.