Adrián Carrasco Munera
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y miembro del Grupo de Salud LGTBIQ+ de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria
El estudio es de especial interés dada la gran especulación que hay en torno a este tema, especialmente sobre la población infantojuvenil. El estudio pretende demostrar, con una metodología más que adecuada, que las personas trans que inician su transición en la infancia-adolescencia no desisten en ello. Mediante el seguimiento de una cohorte, se muestra cómo la práctica totalidad de adolescentes que iniciaron su atención con bloqueadores hormonales en la pubertad posteriormente continuaron con tratamiento hormonal de acuerdo a su identidad de género. También demuestra cómo esta tendencia, tanto en pacientes demandantes de esta atención como la proporción que continuaron con el tratamiento, no ha cambiado respecto a hace más de diez años.
El trabajo complementa estudios previos en esta línea que ya demostraron que no había evidencia científica para avalar la sospecha de la supuesta discontinuación de tratamiento hormonal en adolescentes. Además, demuestra que tampoco hay diferencias respecto a qué edad se empezó la transición con bloqueadores hormonales, siendo este otro de los argumentarios que habitualmente se esgrimen contra la atención de menores trans.
Respecto a las limitaciones del estudio, es una investigación realizada en un único centro que, sin embargo, lleva más de veinte años de atención a la infancia trans. Otra de las limitaciones es que la valoración de la continuidad del tratamiento se hace cruzando los datos de aquellas personas de ese centro que iniciaron el bloqueo hormonal en la pubertad, con los datos centralizados de prescripción de hormonas. De ese modo se vio que un 2 % no tenían prescripción de hormonas tras años de haber usado el bloqueo en la pubertad. Ya que se ha hecho mediante la explotación de datos, es imposible saber los motivos que llevaron al 2 % a no continuar con hormonas (pudiendo ser por efectos adversos o por deseo de realizar una transición no medicalizada, entre otros).
Finalmente, el estudio usa un término ya en desuso por recomendación de la OMS como es el de "disforia de género". Sin embargo, puede tener su utilidad en este estudio para aclarar que se incluyen pacientes que manifestaron su deseo de realizar una transición con acompañamiento hormonal (el estudio no habla de pacientes que realizan su transición sin este acompañamiento).
El principal aporte de este estudio es poner luz con evidencia en un campo en el que abundan las voces unipersonales, pero con gran repercusión mediática, que ponen en duda la identidad de género de las infancias trans y la actuación sanitaria respecto a ello. Frente a opiniones que alegan que las personas trans adolescentes "se arrepienten" de su transición y que defienden que la identidad trans es "una moda", este artículo presenta evidencia científica que demuestra que la infancia trans mantiene en su práctica totalidad el tratamiento tras la adolescencia.